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domingo, 29 de noviembre de 2020
Del blog Serendipia : Rebecca West
FAMILIA AUBREY, DE REBECCA WEST
La familia Aubrey apura sus vacaciones en Escocia a la espera de trasladarse de vuelta a Londres. El señor Morpurgo le ha conseguido a papá un empleo en el diario de Lovegrove, al sur de la ciudad, y mamá no puede estar más agradecida. Piers Aubrey es un extraordinario escritor y columnista, un pensador formidable, un filósofo querido, pero también un egoísta despilfarrador, ludópata y especulador, que arrastra a su familia de deuda en deuda y que no duda en vender cualquier objeto de valor que le quede a su esposa para seguir arruinándolos a conciencia. Mamá fue una famosa concertista de piano que dejó las giras internacionales para dedicarse a sus hijos: Cordelia, Mary, Rose y Richard Quin. Todos tienen talento musical excepto Cordelia que, para desgracia de todos, se ha empeñado en ser violinista profesional y salvarlos de la ruina. Narrada desde el punto de vista de Rose, la infancia de estos niños en el Londres de principios del siglo XX es cualquier cosa excepto convencional.
«—El mundo es un lugar ridículo —dijo mamá—. Demostramos un gran valor enseñando Historia en las escuelas, es descorazonadora.»
Cuando Laura Balagué habló de La familia Aubrey en Niu de mones me di cuenta de que Rebecca West era el seudónimo de Cecily Isabel Fairfield, una de las mujeres de H. G. Wells a la que había admirado entre las páginas de la biografía novelada Un hombre con atributos, de David Lodge. Trotalibros ya nos había comentado en 2018 lo mucho que le había gustado El regreso del soldado de Rebecca West, pero como por entonces todavía no había leído el libro de Lodge no até cabos. Resumiendo, que Rebecca West es el seudónimo de Cecily Fairfield (Londres, 1892-1983), que fue una periodista y escritora, crítica y feminista, que tuvo un hijo con H. G. Wells y que, quizás porque jamás se casó con él, mantuvo su amistad hasta la muerte de Wells, en 1986. West era decidida, independiente y con un carácter tan extraordinario que no flaqueó a la hora de seguir su propio camino -literario y vital- pese a las brutales críticas de la sociedad de su tiempo.
La familia Aubrey es una narración casi autobiográfica en la que Rebecca West le presta voz a la niña Rose para deleitar al lector con un universo único del que es imposible no enamorarse. West/Rose tiene esa visión infantil, a la vez impostada por la conciencia de la escritora, del choque de mundos entre los adultos y los niños, pero también la contraposición de una sociedad londinense en la que élite intelectual no se corresponde con élite económica. El contraste entre gente estúpida e ignorante con dinero y la inteligente y cultivada, pero en la ruina, familia Aubrey da pie a situaciones cómicas, extrañas y también desesperantes, como la angustiosa ambición de Cordelia o la rabia de Rose cada vez que le faltan al respeto. Pero es la prosa de Rebecca West, inteligente y precisa, la que obra la magia en esta novela excéntrica, ingeniosa y delicada.
La familia Aubrey es el primer volumen de la trilogía que Rebecca West publicó en los años cincuenta del siglo pasado, por lo que comprende solamente la infancia de su alter ego, Rose. La historia transcurre alrededor de la admiración por un padre que no se la merece y el regalo maravilloso que les ofrece Claire, su madre: la música, un lugar donde sentirse a salvo aunque todo lo demás sea miseria y dureza. Quizás por este motivo, a lo largo de toda la novela, el lector no logra comprender la adoración intensa de esposa e hijos por la figura de un padre que, en el mejor de los casos, se puede tildar de canalla egoísta, siendo este el único punto que chirría en una historia excepcional. Sin embargo, la naturaleza humana es así de contradictoria y como esta historia es más real que ficticia… eso resolvería cualquier complejidad narrativa.
Lector, te va a encantar conocer a Rose.
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