Translate

domingo, 20 de agosto de 2017

Ser el eterno forastero : París, 28 de enero de 1954. Julio Ramón Ribeyro.




“El gran error de la naturaleza humana es adaptarse. La verdadera felicidad estaría constituida por un perpetuo estado de iniciación , de sucesivo descubrimiento, de entusiasmo constante. Y aquella sensación solo lo producen las cosas nuevas que nos ofrecen resistencias que aún no hemos asimilado. El matrimonio destruye el amor, la posesión mata el deseo, el conocimiento aniquila el placer, el hábito la novedad, la destreza, la conciencia. Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante, he allí una fórmula para ser feliz.”

sábado, 19 de agosto de 2017

Feliz cumple

🙌🙌


Buenos Aires  1978
La amistad (philia),  va de menos a más. Sus comienzos no son fulgurantes, como los del amor, pero, a cambio, el devenir de los años, en lugar de perjudicarla, la aquilata. Como respeta el pluralismo de lo real y no es totalizadora ni exclusiva, la amistad cuenta con el Tiempo como un perfecto aliado. No le decimos al amigo “tú no morirás nunca”, sino “morirás, lo mismo que yo, y entre tanto recorramos juntos un trecho del camino de la vida”. “Dos marchando juntos”, dice el verso de la Ilíada citado por Aristóteles en Ética a Nicómaco para definir su esencia. Ser amigos consiste en querer vivir y envejecer en paralelo. El mejor amigo es siempre el viejo amigo. Libre del deseo de posesión, la amistad que nació por casualidad de la admiración y la simpatía recíprocas, avanzado ya el camino se colorea de una tintura compasiva y piadosa contemplando las marcas que la veteranía va dejando en el rostro del otro, imaginando las propias y adivinando el destino final que le espera a la común finitud. No es extraño que William Blake exclamara: “Para el pájaro el nido, para la araña su tela, para el hombre la amistad”.

Buenos Aires  1991 

Cape Cod . Boston 1995 

Cape Cod -Boston  1995
Colonia . Uruguay 1994



Ibiza . España . 1995 

Buenos Aires  1998-2000
Ibiza  1991 




Pamplona. España  2016
Buenos Aires  2012 

VOLTAIRE, “EL PRIMER EUROPEÍSTA”



.  ¿Por qué leer, por qué seguir leyendo a Voltaire? : por  uso de la razón como arma arrojadiza frente a desidias, fatalismos, ignorancias y abusos. Para ello, nada como tomarse un Voltaire: “¿Por qué leerlo hoy? Porque fue alguien que se preocupó por los distintos, por esos personajes que llamamos ‘diferentes’ pero que según él habían de ser comprendidos desde la misma razón: Voltaire demostró que el elemento racional es el que nos une a todos. Porque cuando nos ponemos en el folclore, todos somos muy diferentes, pero cuando nos ponemos en la razón, en eso que él llamaba el espíritu geométrico y analítico, todos nos parecemos mucho… y esa es la base para empezar a entenderse. Cuando empezamos a buscar definiciones en lugar de solo tradiciones y leyendas, estamos todos bastante de acuerdo”.

Si algún Dios creó este mundo ...


Schopenhauer  : si algún Dios creó este mundo, no me gustaría ser ese Dios , pues su miseria y su infortunio , me partirían el corazón

Mar del Plata 1961


viernes, 18 de agosto de 2017

Mentes libres : LLedó

 Ha habido cosas traídas por la democracia, como la libertad de expresión, aunque no vale para nada si solo sirve para decir imbecilidades. 
La verdadera libertad de expresión es la que procede de la libertad de pensamiento. Lo que hay que hacer es mentes libres”.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Dignos y valientes abuelos

 
 
 
 
 
Mahatma Gandhi
“Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores. Tus valores se convierten en tu destino”.



Mahatma Gandhi
“Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores. Tus valores se convierten en tu destino”.

Ode an die Freude ( Ode to Joy ) Beethoven Symphony No.9 classical music

El ultimo Tweet de Oliver Sacks

Wislawa Szymborska : estimo altamente dos pequeñas palabras: No se


“..Estimo altamente estas dos pequeñas palabras: “no sé”. Pequeñas, pero dotadas de alas para el vuelo. Nos agrandan la vida hasta una dimensión que no cabe en nosotros mismos y hasta el tamaño en el que está suspendida nuestra Tierra diminuta. Si Isaac Newton no se hubiera dicho “no sé”, las manzanas en su jardín podrían seguir cayendo como granizo, y él, en el mejor de los casos, solamente se inclinaría para recogerlas y comérselas. Si mi compatriota María Sklodowska-Curie no se hubiera dicho “no sé”, probablemente se habría quedado como maestra de química en un colegio para señoritas de buena familia y en este trabajo, por otra parte muy decente, se le hubiera ido la vida. Pero siguió repitiéndose “no sé” y justo estas palabras la trajeron dos veces a Estocolmo, donde se otorgan los premios Nobel a personas de espíritu inquieto y en búsqueda constante.” Discurso de recepción del Premio Nobel
 
“El homo ludens con un libro es libre. Al menos, tan libre como él mismo sea capaz de serlo. Él fija las reglas del juego, subordinado únicamente a su propia curiosidad. Puede permitirse no sólo leer libros inteligentes de los que aprenderá cosas, sino también libros estúpidos de los que algo sacará. Es libre de no leer un libro hasta la última página, y de empezar otro por el final e ir retrocediendo. Puede echarse a reír en un punto no destinado a ello o, de repente, detenerse ante unas palabras que recordará durante el resto de su vida. Y, finalmente, es libre –y ningún otro pasatiempo puede ofrecerle esto– de escuchar de qué habla Montaigne o de zambullirse en el Mesozoico por un instante.”
 

lunes, 14 de agosto de 2017

Witold Gombrowicz : la belleza salvaje

. Sus obras parten de una disposición formal perfecta, cerrada, y que podría compararse con lo mejor de la literatura occidental, eufemismo para hablar de la literatura europea. Esa toma de posición a favor de los viejos, de la forma, de la pulcritud en la prosa, del estilo medido, poco tienen que ver con el despilfarro, la fuerza y la inmadurez de los escritos de Witold Gombrowicz   (Maloszyce, Polonia, 1904 - Vence, Francia, 1969). El testimonio más acabado de esta oposición entre la madurez y lo que no se acaba, lo que queda inacabado, que marcó y marca los vaivenes de la literatura argentina, o de la literatura en general, sin ninguna bandera, son el tema por definición del Diario de Gombrowicz, que va de 1953 a 1969, retomando así los últimos diez años en nuestro país de este exiliado polaco y esos seis años de tardío reconocimiento que paso en el Viejo Continente. Con una nueva traducción y un cuerpo de notas precisas, esta edición de un libro fundamental para, por lo menos, dos tradiciones literarias en dos puntos diferentes del globo, es un momento clave dentro del proyecto editorial de El cuenco de plata, sello que se ha ocupado de difundir y ordenar la mítica pero hasta ahora dispersa obra de Witold. 
Vale la pena ser estrictos: no es que no hubo oportunidad para que estos escritores que hemos mencionado, Bioy, Borges y Gombrowicz, se hayan cruzado. En las páginas del Diario se menciona una cena impulsada por Carlos Mastronardi, amigo del polaco y con vínculos con el grupo Sur. Mastronardi sabía que la mejor forma de que Witold entre al circuito literario argentino era vinculándolo con Victoria Ocampo, pero, para evitar pasar un mal momento ocasionado por los exabruptos habituales del “Conde” (tal como lo llamaba), se asegura primero organizando una cena con Silvina, su hermana. Gombrowicz asiste, teniendo cierto respeto por Bioy (a quien considera un interesante escritor de relatos fantásticos), cierta idea de quién era Borges (desde su perspectiva, el mejor escritor argentino), pero también estaba un poco hastiado de sus perfiles de escritores. En las Ocampo, en estos dos amigos, en toda la revista Sur, se respiraba un tufo insoportable a viejo, un intento desmedido por estar a la altura de la cultura europea, de rendir examen frente a la mirada de lo que se producía en las grandes capitales occidentales, y eso al Conde le parecía la cosa más idiota que alguien a quien le guste la literatura podía llegar a hacer. Por eso la relación entre ambos duró apenas una incómoda cena. Por eso la oposición entre esos dos modelos literarios opera hasta en los más mínimos planteos de cada proyecto de escritura, el del polaco Gombrowicz y el de cualquiera de los paladines de las Ocampo. “A mí me fascinaba, en este país, lo bajo y eso eran las alturas”, señala Gombrowicz en una de las entradas del año 1955, recordando esa temprana cena que mantuvo al poco tiempo de haber llegado a la Argentina. Y sentencia, como suele ser su costumbre, con un lapidario epigrama: “A mí me encantaba la oscuridad de Retiro, a ellos las luces de París”. 

Belleza salvaje

Este comportamiento de la intelectualidad argentina con respecto a la cultura europea no es algo que Gombrowicz considere exclusivo de nuestras aturdidas pampas. Muy por el contrario, si hay un punto en donde encuentra vínculos entre un país y otro la mirada doble de Witold (típica de cualquier exiliado, con un pie o, mejor, con un ojo adentro y otro afuera), es en la actitud que la literatura argentina y la polaca tienen con respecto a la tradición europea. Varias son las páginas del Diario en donde Gombrowicz repasa las actitudes de diferentes escritores polacos levantados como héroes por las revistas que le llegan desde su país natal, repaso que no deja a ninguno cómodo en la marmórea posición de la más alta literatura. Y es que encuentra en esas apreciaciones de la crítica y en la mayor parte de las obras mencionadas un intento por considerar excelso el uso de formas prolijas, abstractas, pulcras, que se desentienden de la vitalidad propia de lo humano. Formas muertas y avejentadas que se van exportando desde París o Londres y que los buenos alumnos polacos (y argentinos) incorporan y reproducen. Para Gombrowicz, la ventaja fundamental que tienen en su haber los escritores de estos dos países es la imperfección, esa diferencia insalvable que puede servir para tomar distancia con respecto a la forma. En los polacos, volver sobre el carácter eslavo, sobre la individualidad del porvenir de Europa del Este, puede ser útil para alterar la forma y hacer que la novela o el poema vibre de un modo particular, transformando esa supuesta “inmadurez” en fuerza. Así, tiene en alta estima a Czeslaw Milosz (1911-2004), escritor y ensayista, ganador del Premio Nobel en 1980, cuya obra fue también editada por Instytut Literacki, la editorial polaca ubicada en Maisons-Laffitte, Francia. Este sello estaba vinculado a la revista Kultura, publicación de circulación clandestina en Polonia, en cuyos números fueron apareciendo por entregas el Diario. Pese a esta simpatía, el Conde distingue entre un Milosz occidental y uno eslavo, y elije siempre quedarse con el último, porque esa mirada diferente con respecto a la “cultura europea” es el rasgo de incompleto, de bárbaro, que renueva inocentemente hasta el mismo lenguaje que utiliza. Quizás por eso le parezca relativamente coherente la figura de este escritor: encontraba en él lo mismo que encontraba en sí mismo, la contradicción.
¿Qué pasaba por aquí? En sus días argentinos, Gombrowicz se la pasaba de bar en bar, haciendo base, muchas veces, en el mítico café Rex, sobre la calle Corrientes, en el primer piso, entre el humo del cigarrillo y los jugadores de ajedrez, y no en los salones literarios que trataban de estar a la moda en lo que respecta a las novedades francesas. Ocampo y su círculo más bien negaban ese encanto juvenil de lo argentino, cubrían con una fachada de perfección la natural imperfección local. Allí habría que buscar la fuerza de la literatura argentina, no en el maquillaje eurocéntrico: en su juventud, entendiendo por tal término tanto la presencia de personas jóvenes como el rasgo indeterminado de una nación joven, más atada a la naturaleza de lo que ella misma cree, o sus escritores aceptan. Gombrowicz se desespera, entonces, por la belleza caprichosa del que no entiende, no sabe de su propia belleza. En una entrada de 1954 asegura con respecto a la Argentina: “Sólo el pueblo es aristocrático. Sólo la juventud es infalible en cada una de sus manifestaciones. Es un país al revés, donde un mocoso vendedor de una revista literaria tiene más estilo que sus colaboradores”.

viernes, 11 de agosto de 2017

Michi Strausfeld: La gente culta es dificil de manejar porque piensa


 

¿Cómo hacer que los chicos quieran leer?Fascinándolos. Ofreciéndoles, gusto, placer por la lectura. Un libro que me aburra, que contenga moralina, no sirve, ¡los niños no se merecen eso! La literatura para niños y jóvenes es algo muy serio y muy difícil de escribir, porque tiene diferentes niveles de comprensión. Cuando los leemos los adultos con ellos vemos que en la buena literatura infantil hay otro nivel más profundo.
¿Y cómo se adquiere esa fascinación? Haciéndolos participar. Se dice que los padres han de estar con los hijos, pero no se habla de la calidad de ese tiempo. Hay que estar leyendo a su lado desde que son muy pequeños: ellos querrán compartir también el hábito de leer. El niño que tenga esa experiencia desde pequeño cuando sea grande tendrá el reto de leer por sí mismo. ¡Estará orgulloso cuando sepa leer una página!
¿Cuándo hay que empezar? En la primera infancia. A partir de entonces ya empieza a competir el libro con el iPad, con las nuevas tecnologías; el niño que nunca ha tenido el privilegio de compartir lectura lo tendrá más difícil. Octavio Paz decía, antes de Internet, que la sociedad se dividiría en dos: una leería, la de los ciudadanos responsables; y la otra sería una masa que se dejaría manipular. Esta es la que les gusta a los políticos. Por eso es tan importante fomentar la lectura en los niños.
 
¿Qué razones hay para que en España la lectura se asocie al fracaso? En la dictadura no les gustaba que la gente fuera culta. Y no había tradición de libros para niños, al contrario de lo que sucede en los países anglosajones, en los nórdicos o en Alemania. Quizá en esos países debíamos entretener las horas oscuras. Lo cierto es que en los países del sur se lee menos. Pero las cosas están para cambiarlas. Jaime Salinas, con quien hice la colección de Alfaguara, creció en Estados Unidos, sabía lo que significaba la literatura infantil, empezó a editarla, y vimos que la sociedad española quería esos cambios. Los padres, que no habían tenido libros de niños, vieron con buenos ojos que sus hijos los tuvieran. Fue un momento muy creativo, formidable para la sociedad de los años 80. Y lo mismo pasó luego con Jacobo Siruela, cuando hice con él la colección de Siruela.
¿Qué interés tenía la dictadura en que la gente fuera inculta? La gente culta es difícil de manejar porque piensa, no está de acuerdo, y eso es peligroso para cualquier dictadura. Por eso en todos los países de regímenes dictatoriales la lectura es tan deficitaria… En una época globalizada como ésta lo que tenemos que globalizar son las cabezas de los niños desde pequeños, ¡y globalizar los corazones! ¡Que sientan empatía con lo que se les cuenta de África, de América Latina, del mundo! El libro es ideal para familiarizarse con el pasado. Las bibliotecas son imprescindibles para el bienestar de la democracia.

8 motivos - PARA las que no quieren ser madres Huff post ( Sezin Koehler )

      


"Lo echarás de menos".
"No entenderás el significado de la vida".
"Te sentirás incompleta".
"Te arrepentirás cuando seas mayor".
"Cambiarás de opinión".
"Nunca serás una mujer de verdad."
"Nunca comprenderás lo que es el amor verdadero".

Últimamente he estado recibiendo este tipo de mensajes porque he decidido que no quiero tener hijos.
Mis motivos son múltiples (y no son asunto de nadie). Pero, constantemente, me piden que justifique mi decisión.
Esta es una muestra de mis razones:
1. Por economía: los niños son caros. En agosto de 2013 salió un estudio en el que el gasto medio de una familia de clase media en los primeros 18 años de un niño ascendía a 304.480 dólares (unos 240.000 euros). ¡Uf! Esta cifra me marea, creo que voy a tomarme algo fuerte.
2. Por logística:: A pesar de los avances sociales y culturales, las mujeres siguen siendo, por defecto, las cuidadoras, especialmente en los años de formación de los hijos. Criar a un niño antes de que entre al colegio supone más que un trabajo a tiempo completo. Son 24 horas al día, 7 días a la semana, sin días libres por buen comportamiento. No soy de las personas que llevan bien el insomnio, y menos si hay un niño que depende de mí para TODO.
3. Por el medio ambiente: Se estima que hay 153 millones de huérfanos en el mundo. ¿Por qué añadir una boca más a un planeta superpoblado por un imperativo biológico que yo no siento? En cualquier caso, prefiero adoptar.
4. Por cuestiones físicas: Mi cuerpo ya ha sufrido suficientes traumas en mis 35 años. El estrés postraumático por haber sobrevivido a un crimen a mano armada me ha destrozado el sistema nervioso. Crecí en el extranjero y no estuve expuesta a los conservantes y aditivos de la comida estadounidense. Un niño más en la familia significaría dejar de comer alimentos orgánicos, que no nos podríamos permitir. Por cierto, tampoco nos podemos permitir tener cáncer.
5. Por cuestiones emocionales: Todos los días lucho por controlar mi estrés postraumático. Tener libertad para pasar la noche en blanco cuando el dolor me atrapa es un regalo divino. El poder dormir 12 horas seguidas si lo necesito me ha salvado la vida. Trabajo desde casa y yo me pongo los horarios, lo cual es ideal. ¿Qué pasa si tengo un hijo, sufro un brote depresivo y no soy capaz de salir de la cama? ¿Y si me paso una semana llorando? ¿O me da un ataque de rabia en el que pierdo totalmente el control?
6. Por cuestiones sociales: La última vez que supe de él, el mundo era un desastre. En Estados Unidos, hay tiroteos en los colegios casi todas las semanas. También está eso tan oscuro que llaman la cultura de la violación, que se cuela en todos los rincones de nuestra sociedad. Muchos de los niños de hoy en día probablemente se convertirán en sus víctimas o perpetradores en un futuro no muy lejano. Voy a seguir con esto, así que me tomaré otra copa.
#YesAllWomen
7. Por motivos culturales: Soy medio estadounidense, medio esrilanquesa criada fuera del país de mis padres. A diario, me enfrento a cuestiones de identidad problemáticas. Vivo bajo el supuesto de otredad, aunque mi pasaporte sea de los Estados Unidos. "¿De dónde eres?", es lo primero que me preguntan.
8. Por interés: Simplemente, no estoy interesada en todas las cosas asquerosas que acompañan a la maternidad: desgarro vaginal, hemorroides, estreñimiento, contracciones del útero, conjuntivitis, limpiar culitos, desmoronamientos en público, Dora a todas horas, rebeldía adolescente, abandono de mi identidad individual... No, gracias.
"Pero, Sezin, ¿por qué no quieres tener al niño más especial, más inteligente, más guapo y con más talento del mundo? ¡¿Por qué?!
Porque me encanta dormir. Me encanta tener mis propios horarios. Me encanta pasar tiempo sola, escribir y soñar despierta. Me encanta tener una dieta orgánica casi al 100%. Me encanta coleccionar tatuajes. Me encanta tener momentos de descanso entre proyectos, por ejemplo, un fin de semana entero haciendo lo que me apetece. Me encanta mi libertad. Con mi trabajo creativo, que me encanta, y un marido al que adoro y que está de acuerdo con todo lo que he escrito en este post, estoy feliz, sana y lo más satisfecha que he estado en mi vida.
Todo esto se va por la ventana cuando los niños entran en el retrato familiar, porque, vale, es la naturaleza de los niños. Cuando un bebé llega al mundo, depende completamente de ti y sólo de ti. Tu universo se adapta a su tamaño y sólo se expande a medida que crece el niño.
Prefiero tener acceso completo a TODO cuanto quiera, y no sólo cuando el niño duerma la siesta o en los minutos de descanso que tengo para ducharme. Lo digo porque he ayudado a mis amigos con sus hijos. Me conozco la rutina.
¿Por qué siempre me piden que justifique mi postura? Y, ¿por qué a mi marido, que piensa igual que yo, nunca lo han avergonzado públicamente como a mí?
Este es el motivo por el que necesitamos feminismo: a pesar del desarrollo tecnológico, social y cultural, tener hijos sigue siendo, por defecto, la opción vital de las mujeres.
Este es mi mensaje:
Para mí, las elecciones personales que tomo no son tan esenciales como para dar por hecho que el resto de mortales son menos humanos o tienen una vida menos completa que la mía porque sus decisiones son diferentes.
He decidido no tener hijos. ¿Y qué?
No me hace falta expulsar a un niño de mi vagina para ser una mujer real.
No me hace falta tener un hijo para experimentar el amor y el sacrificio incondicional.
No necesito a un niño para ser feliz.
Definitivamente, no me hace falta tener hijos para cuando me haga vieja. Las residencias están para eso.
No voy a cambiar de opinión; tengo más de ocho motivos para no tener hijos.
Como dijo Anaïs Nin, "la maternidad es una vocación como cualquier otra. Debería haber libertad para elegir, y no ser una imposición para las mujeres".
Creo que ya basta de avergonzarse por una elección.
Traducción de Marina Velasco Serrano



jueves, 10 de agosto de 2017

Entrevista a Yasmina Reza


A Yasmina Reza, el teatro le sigue pareciendo un lugar profundamente misterioso. “¿Por qué nos interesamos por otros personajes y sus vivencias sobre el escenario, cuando podríamos fijarnos en lo que nosotros vivimos a diario? ¿Por qué necesitamos esa ficción?”, se pregunta en el café de un lujoso hotel de Saint-Germain, meca de la intelectualidad parisiense, a dos pasos de su domicilio. En esta nublada mañana de verano, Reza no encuentra respuesta a su pregunta, aunque siga indagando en ella en cada una de sus obras. La reflexión aparece en medio de una conversación apasionada –y, a ratos, también tensa–, durante la que la autora se acabará mostrando generosa a su pesar. Reza dispone de un verbo lúcido, pero también punzante, que no duda en desenfundar cuando la ocasión lo requiere. En especial, para protegerse de cualquier intromisión. No le gusta sobreexponer su persona y se dice refractaria a los discursos grandilocuentes. Y, como tal, es alérgica a las entrevistas, que dice vivir como un auténtico martirio. “Si las acepto es solo para poder existir en este mundo. Si no, entre 500 libros, el mío pasaría desapercibido”, reconoce.
En 1987, Reza escribió Conversaciones después de un entierro, la primera de una larga serie de obras que, bajo la apariencia inofensiva de la comedia burguesa y el teatro de bulevar, abordan asuntos dignos de la más elevada metafísica. Sus personajes compran cuadros abstractos por el estatus social que estos confieren –Arte, traducida a 35 lenguas, la convirtió en la dramaturga contemporánea más representada en el mundo– y llevan a sus hijos al museo para “paliar el déficit escolar en la materia” –como los protagonistas de Un dios salvaje–, pero después no dudan en masacrarse los unos a los otros en la intimidad de sus comedores. Para Reza, la civilización es solo un delgadísimo barniz que desaparece cada vez que se presenta el más mínimo conflicto. Sus obsesiones reaparecen concentradas en una nueva novela, Felices los felices (Anagrama lo publicará en septiembre), donde destapa las alegrías y miserias cotidianas de 18 personajes atrapados entre la dificultad de vivir, el hastío de amar y el pánico a morir.
Su libro empieza con una frase de Borges: “Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor”. ¿Qué le gustaba en esta cita? Es una afirmación interesante, porque insinúa que quienes prescinden del amor también logran ser felices. Siempre he tenido esa misma intuición: asociar felicidad y amor es una auténtica estupidez. La cita encaja bien con lo que cuento en este libro, lleno de personajes en plena búsqueda sentimental, pero todos ellos infelices sin excepción. Amor y felicidad no son nociones colindantes, pese a lo que aseguran los cuentos de hadas. Intentar realizarse por vía del amor es una imposición social que vuelve desdichada a mucha gente.
El libro, como el resto de su obra, contiene un enorme recelo respecto a la pareja, e incluso hacia todo tipo de vínculo afectivo. No, eso último es demasiado. No puedo decir que esté de acuerdo. Lo que sí es cierto es que no creo en la pareja. Me parece una estructura solitaria y encerrada en sí misma. La pareja es una construcción extraña, básicamente porque no funciona. Claro, hay personas que, a base de insistir por todos los medios, logran hacerlas funcionar. Pero, para mí, se trata de una creación artificial.
¿Qué alternativa propone? ¡No propongo nada! El amor a secas, tal vez. El amor que no sigue un camino predeterminado. Vivir junto a tu pareja no es una necesidad. Hacerlo todo en pareja no es una necesidad. Tener amigos comunes, tampoco. El proyecto doméstico no es una necesidad, incluso cuando hay hijos de por medio. La pareja, tal y como se entiende hoy, no me interesa, lo que no significa que no haya participado en ella. He vivido mucho más tiempo en pareja que sin pareja, aunque nunca haya creído en ella.

viernes, 4 de agosto de 2017

La mafia bancaria ( como Credit Suisse)


David suizo del blog contra el Goliat de la banca

El Credit Suisse demanda a un periodista bloguero por perjudicar su imagen en la Red

Sucursal de Credit Suisse branch en Biel Bienne, Suiza.
La Paradeplatz de Zúrich es el epicentro simbólico del poder financiero de Suiza, ya que en esta plaza tienen las sedes centrales sus dos mayores bancos: UBS y Credit Suisse. E Inside Paradeplatzes un blog de información económica creado por el periodista independiente Lukas Hässig en 2011, con más de 100.000 lectores. Hasta aquí, todo normal, pues los periodistas con blog son legión. Pero lo que diferencia a este suizo es que su blog ha molestado a la todopoderosa banca suiza, lo que le ha convertido en una celebridad local.
Su blog es provocador. “Escribo lo mismo que podría publicar en un diario, pero con una libertad de tono inimaginable en la prensa convencional”, precisa Hässig. Sus críticas del mundo bancario han provocado que Credit Suisse quiera llevarle a juicio por 500.000 euros alegando que su trabajo perjudica su imagen. Esta es una suma imposible de asumir para un periodista que vive de sus artículos y la venta de espacios publicitarios.
“Ahora Credit Suisse y yo intentamos llegar a un acuerdo”, aclara el bloguero. “Me acusan de libelo porque afirmo que realizan prácticas criminales, como la creación de cuentas off shore para ricos clientes americanos. Que esta es una conspiración criminal según la ley americana no lo discute ni siquiera el Credit Suisse. Pero su argumento es demencial: afirman que lo que digo es verdad, pero que no debería decirlo”, explica Hässig entre risas.
Este hombre ha escrito para casi todos los medios suizos, pero es con su blog, visualmente muy austero, que ha conseguido fama y una cierta independencia. Trabaja solo y no parece tener intención de cambiar sus métodos. Puede que Hässig sea un ejemplo más de periodistas encontrando alternativas fuera de los medios convencionales y abriendo caminos. Pero eso será siempre que Credit Suisse no gane el juicio a este David del nuevo periodismo.