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domingo, 11 de febrero de 2024

La sabiduría del caracol

4 El caracol, nos explica Iván Illich,[1] construye la delicada arquitectura de su concha añadiendo una espiral más grande después de la otra hasta que se detiene bruscamente y comienza un devanado decreciente. Añadir una sola espiral le daría a su concha una dimensión dieciséis veces mayor. En lugar de contribuir al bienestar del animal más crecimiento lo agobiaría. A partir de este punto, cualquier aumento en su productividad serviría solamente para paliar las dificultades creadas por este agrandamiento de la concha más allá de los límites fijados para su finalidad. Pasado el punto límite del agrandamiento de las espirales, los problemas del crecimiento excesivo se multiplican en progresión geométrica, mientras que la capacidad biológica del caracol no puede seguir sino una progresión aritmética en el mejor de los casos. Al divorciarse de la razón geométrica, de la que estuvo casado por un tiempo, el caracol nos muestra el camino para pensar en una sociedad en descrecimiento, alegre y convivencial.[2] Tres movimientos sociales contemporáneos, cercanos al ecologismo, han adoptado como emblema la figura del caracol: Slow Food International (Comida lenta), Movimiento Zapatista (EZLN) y Degrowth (Descrecimiento) El crecimiento sin límites es enemigo del clima, la ecología, el medio ambiente y la diversidad cultural. Todo aquello que se ha vuelto demasiado grande, que ha crecido demasiado, que ha sobrepasado los umbrales que le permiten coexistir con los seres vivientes debe ser combatido permanentemente por las personas responsables y las organizaciones sociales y civiles que buscan la Paz y la permanencia de la diversidad cultural y biológica. La sociedad industrial, sustentada en el crecimiento económico sin límites, y en los mitos del progreso, el desarrollo y la modernización tecnológica, ha creado demasiados productos y organizaciones contrarios a la Naturaleza y la convivencia pacífica; ha creado un sistema político y económico (la alianza entre el Estado y el Mercado) que pone en peligro la existencia de la Humanidad. Esta sociedad de crecimiento ha creado semillas manipuladas (OGM) materiales, como los plásticos, máquinas como, los autos y los aviones, generación de electricidad, como las centrales nucleares y equipos, como los IPads, computadoras y wifis que destruyen con gran eficacia la riqueza natural y cultural de los territorios. Este crecimiento económico desquiciado ha creado tumores urbanos, como lo son las infraestructuras o megaproyectos de muerte: supercarreteras, los grandes aeropuertos, los trenes de Alta Velocidad, los grandes puertos de carga, las vías rápidas, los segundos pisos, las torres, los grandes centros comerciales, las ciudades industriales, las ciudades universitarias, las ciudades para la salud, las ciudades para el turismo, las bases militares, las megalópolis, entre otras. Tenemos hoy día, en el mundo, demasiados transportes, tubos, motores, celulares y demasiadas antenas, bombas, pavimentaciones, edificaciones, computadoras. En el último siglo, se democratizan en el mundo las malas costumbres que tenían los millonarios de hace más de un siglo: el uso del excusado con agua potable, los consumos por persona, de agua potable mayores a 30 litros diarios y de electricidad mayores a 30 kWh mensuales, la posesión de un auto y al menos un viaje al año en avión de ida y vuelta. Hoy día, tenemos en el mundo demasiadas personas que consumen demasiado carbón, gas y petróleo; demasiada agua, electricidad y gasolinas; que consumen demasiados metales, maderas, tierras raras, bueyes, cerdos, corderos, pollos, huevos, quesos; demasiadas vacas, gallinas, aguas embotelladas. Actualmente, se consume demasiado empaque y embalaje; demasiado plástico, papel, agroquímicos, pesticidas, aditivos para los alimentos. Hay muchos aspectos que tenemos que someter a un proceso de descrecimiento, para recuperar la vida en la Tierra. Por el bien de la Humanidad, la producción industrial debe reducirse al mínimo, para abrir paso a la Relocalización de la producción y el consumo de los alimentos y otros básicos: producción local (artesanal) para consumo local, en lugar de la producción global, para consumo global que realizan principalmente los países del Sur global, para el consumo del Norte global.

Canadian fiber artist Janis Ledwell-Hunt creates textile sculpture exploring the cycle of life #WomensArt

Valientes, activas , perseverantes : asi son las personas que saben solucionar problemas : Jose A Marina

Libro . historia universal de las soluciones : JA Marina Personalidades orientadas a la accion Características Rasgo 1 . la actividad . Lo contrario de la inteligencia perezosa . Actividad que esta precedida por la decisión de enfrentarse Rasgo 2 . el sentimiento de la propia eficacia . lo comtrario de la indefension aprendida Rasgo 3 : la valentía Rasgo 4 : la perseverancia . Cuando le preguntaron a Newton como resolvia los problemas : dijo : pensando en ellos dia y noche

jueves, 1 de febrero de 2024

Iris Murdoch : la elección del bien es la mas sabia de las opciones ante cualquier dilema de la vida

"Para Murdoch, el bien es un tipo de inteligencia; por ende, la elección del bien es la más sabia de las opciones ante cualquier dilema de la vida. Llegó a decir que, aunque era un gran pensador, encontraba a Freud deficiente porque el psicoanálisis se basa en «pensar demasiado en uno mismo, mientras que el mejor remedio contra el sufrimiento es ayudar a otros.» Por otro lado, la literatura en particular y el arte en general son una respuesta solida y acogedora ante los interrogantes de la filosofía. Dios no existe, el amor es falible, somos imperfectos, somos mortales, el dolor y el egoísmo nos acechan; pero nos quedan las historias, el consuelo inagotable de las palabras. En otra entrevista abundó en el tema al afirmar que «el buen arte ofrece una felicidad sin contaminar y enseña cómo mirar el mundo y entenderlo; hace que todo sea más interesante.» Creo que esta última frase sirve como innecesario resumen del estilo de Iris Murdoch: todo lo que plantea redunda en el interés del lector. La puesta en escena de sus novelas es siempre tan inteligente como inesperada, desde su arranque y su punto de vista hasta el desarrollo, el viaje de sus personajes deliciosamente estropeados; en su territorio no hay caminos hollados, ¿existe mejor regalo para el lector que ese? Para la escritora, el arte «posee dureza, firmeza, realismo, claridad, objetividad, justicia, verdad. Es el resultado de una imaginación libre, sin corromper. El mal arte es el resultado blando, caótico y autocompasivo de una fantasía esclavizada.» La suya voló libre en sus novelas, ensayos, obras de teatro y un puñado de poemas. Le encantaba escribir, aseguraba que entre el final de una novela y el inicio de otra no pasaban más de diez minutos. Y así fue hasta 1995, cuando los primeros síntomas de la enfermedad amordazaron su talento. Iris Murdoch murió el 8 de febrero de 1999 víctima del Alzheimer, perdiendo palabras, ella que tanto las había amado y cultivado: «Las palabras son los símbolos más sutiles que poseemos y nuestra producción humana depende de ellas», escribió en La soberanía del bien. Pero a nosotros nos queda el consuelo de su literatura, siempre divertida, esencial, sabia, saciante e inmortal: los lectores de Iris Murdoch la recordamos, con centenario o sin él. Y los que aún no la han disfrutado, venga, ¿a qué estáis esperando? Josan Hatero. (c) Jill Krementz, B&W. TAGS IRIS MURDOCH LITERATURA Share This