William James, escribió en 1890:
“La capacidad de traer de vuelta de forma voluntaria una atención errante, una y otra vez, es la base del discernimiento, del carácter y de la voluntad. Nadie es dueño de si mismo si no la tiene. Una educación que permitiese mejorar esa capacidad sería la educación por excelencia. Pero es más fácil definir este ideal que dar indicaciones prácticas para alcanzarlo.”
“La capacidad de traer de vuelta de forma voluntaria una atención errante, una y otra vez, es la base del discernimiento, del carácter y de la voluntad. Nadie es dueño de si mismo si no la tiene. Una educación que permitiese mejorar esa capacidad sería la educación por excelencia. Pero es más fácil definir este ideal que dar indicaciones prácticas para alcanzarlo.”
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