"El individuo", afirma Ushpiz, "se vuelve tan indiferente hacia sí mismo como ser humano y hacia la gente que le rodea que puede llegar a tomar parte en cualquier maldad que la mera funcionalidad pueda producir". Observamos lo que pasa a nuestro alrededor y lo atribuimos a personas ciegas de odio o racismo y creemos que no tenemos ninguna responsabilidad en esos hechos, nos alejamos de ellos. Incapaces de colocarnos en el lugar de las víctimas, nos recluimos en nuestra propia vida privada, nos retiramos continuamente de la discusión. Eso es exactamente lo que explicó Hannah Arendt. "No tenemos en cuenta nuestra responsabilidad humana de hacer todo lo posible, sin cesar y devotamente, para cambiar esa realidad", ilustra Ushpiz. (La directora ha escrito repetidamente contra la ocupación de territorios que no pertenecen a Israel y ha criticado a sus compatriotas israelíes por no sentirse responsables de los derechos de los palestinos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario