Los cuentos son esenciales para la construcción de un ser humano. Hay cosas que sólo se pueden contar en este formato, que dicho sea de paso no es solo para niñas y niños. Los adultos necesitamos con urgencia que nos cuenten historias y a su vez contarlas.
Uno de mis libros de cabecera es Mujeres que corren con los lobos de la psiquiatra junguiana Clarissa Pinkola Estés. Una sabia mezcla de cuentos, psicoanálisis y medicina narrativa. Un ejemplo de antropología práctica. De una sencilla narración se pueden obtener tesoros, al igual que en un yacimiento arqueológico, tan solo hay que escavar, ser meticuloso y tomar conciencia de los hallazgos según van apareciendo. La doctora Estés desgrana las narraciones apelando a su contenido arquetípico, simbólico y mítico, obteniendo importantes mensajes. La potencialidad "salvaje" que se esconde tras nuestras capas "domesticadas" puede venir en nuestro auxilio ante retos que nos sobrepasen. En los tiempos que corren esto es de rabiosa actualidad, de alguna forma lo más urgente que nos toca hacer como especie es conectar con nosotros mismos y dejar de vagar perdidos por los caminos de la vida.
La cuentoterapia no es exclusiva de psicoterapuetas o profesionales. De alguna forma cualquiera puede ejercitarla al contar una historia a sus hijos/as o a algún adulto.
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