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sábado, 4 de octubre de 2014

Medicamentos que matan y crimen organizado. Peter Gotzsche. 2014. del blog El gerente demediado

¿Nadie ve al elefante?


“El juez Smith preside un juicio contra Cosa Nostra y antes de que de comienzo, declara lo siguiente:
-    Que Silvio Berlusconi le ha pagado los gastos de viaje.
-    Que es miembro del Consejo Asesor de la empresa Tiburones Sin Escrúpulos
-    Que ha recibido dinero de la empresa Sociedad Hipermedicada Internacional.
-    Que también ha recibido becas académicas sin restricciones de La Camorra
-    Que está inscrito en la bases de datos de la Empresa Asesinatos SL, encargada de seleccionar conferenciantes y líderes de opinión.
"
Medicamentos que matan y crimen organizado. Peter Gotzsche. 2014.

Los catadores de vino del Wall Street Journal deben someterse a un estricto y riguroso código de conducta. No pueden aceptar botellas gratis, viajes pagados o invitaciones para cenar. Las catas son a ciegas salvo expresa petición en contrario. Sin embargo  la única consecuencia de sus decisiones es, en el mejor de los casos, un aumento ligero de las ventas de un Mouton Cadet, un Pouligny Montrachet o tal vez un vino de Almansa. La muerte solo podría producirse por una ingesta desaforada de botellas, algo solo al alcance de seres muy depravados.
Sin embargo los médicos de los sistemas sanitarios de todo el mundo aceptan fármacos gratis, viajes pagados e invitaciones para cenar o dormir. Se comportan como el juez Smith que comenta Gotzsche en su reciente libro: juzgan que tratamiento es mejor para sus pacientes, son  miembros de Tiburones son Escrúpulos, colaboran con Asesinatos SL o reciben todo tipo de ayudas de la Camorra. Pero todo ello no genera cargo de conciencia alguno.
El pasado miércoles estuvieron en Madrid Peter Gotzsche y Allen Frances. Son dos de los científicos más prestigiosos del mundo. El primero es sobradamente conocido por ser el Director del Nordic Cochrane Centre. El segundo fue el “chair “ de la 4ª edición del DSM ( Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Ambos presentaban sus respectivos de títulos inequívocos: Medicamentos que matan y Crimen Organizado el de Gotzsche. ¿Somos todos enfermos mentales? el de Frances.
Dos libros imprescindibles, y que no pueden decir las cosas más claras.
Para Gotzsche si aceptamos la definición de la legislación americana de crimen organizado como “la reiteración de un tipo de delitos como la extorsión, el fraude, , la violación de leyes federales, el soborno, la malversación de fondos, la obstrucción a la justicia o a la aplicación de la ley, la falsificación de testimonios o la corrupción política”, la industria farmacéutica cumple todos los requisitos para pertenecer a tan distinguido club.  No tiene reparo alguno en decir que "Roche es  un camello farmacéutico que ha amasado su fortuna vendiendo heroína ilegalmente en Estados Unidos”
Frances, catedrático emérito de Duke University tampoco se queda atrás: “la industria farmacéutica está causando más muertes que los cárteles de la droga”.
Ambos coinciden en señalar que los efectos producidos por los fármacos son ya la tercera causa del mundo tras cáncer y enfermedades vasculares. Sus libros son tan contundentes como los titulares que generan. Están basados en centenares de estudios científicos. No tienen pelos en la lengua para llamar a las cosas por su nombre. Sin embargo afuera solo se oye un escandaloso silencio.
De este gigantesco escándalo no se salva nadie: revistas (pseudo) científicas que publican estudios manipulados  y tergiversados por la industria, agencias del medicamento compradas, ministerios que priorizan la salud del sector industrial a la salud de sus ciudadanos, médicos vendidos a precio de saldo, asociaciones de pacientes encantadas de convertirse en vendedores indirectos o directos de fármacos inútiles para sus afiliados…
El elefante de la Industria Farmacéutica ocupa un espacio inmenso en la habitación de los sistemas sanitarios. Nadie  le ve. Seguimos afanosamente atareados en nuestras cosas, lamentándonos de crisis y recortes, de mala educación de los usuarios, de que todos quieren medicinas para los problemas de la vida diaria. Queda la duda de si algún día, en algún momento, seremos capaces de ver al menos una oreja al elefante. Porque, como dice Gotzsche , se necesitan dos para bailar el tango
No estaría mal empezar por seguir sus seis sencillas recomendaciones:
-    dejar de formar parte de cualquier asociación que acepte favores de la industria.
-    Preguntar a su médico si recibe dinero o beneficios de la industria, si recibe visitadores, y si es así cambiarse de médico
-    Dejar de tomar medicamentos salvo en los casos en que sean absolutamente indispensable ( lo que es muy improbable)
-    Preguntar si existe una versión más barata del fármaco en caso de ser indispensable éste.
-    Evitar medicamentos que lleven menos de 7 años en el mercado.
-    Recordar que no podemos creer una sola palabra que proceda de la industria farmacéutica

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