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jueves, 30 de junio de 2016

LA LISTA: LOS 5 PEORES LUGARES PARA SER MUJER


  

El difícil acceso a la educación o a los servicios sanitarios, sumados a las agresiones sexuales, violencia física y discriminación hace que muchos países sean trampas diarías para las mujeres, incluso peores que los conflictos o guerras por las que, en la mayoría de los casos, han tenido que pasar. FP en español muestra los países donde nacer mujer supone un destino fatal. 
 
1. AFGANISTÁN
1 de cada 11 afganas mueren al dar al luz
 
Afganistán ocupa el primer puesto de los cinco, como el lugar del mundo más peligroso para ser mujer. Violencia, insalubridad o pobreza son los problemas a lo que se enfrentan diariamente las mujeres afganas. La guerra, el conflicto latente o los años vividos bajo el régimen Talibán han provocado algunas de las prácticas más aterradoras contra ellas. 1 de cada 11 afganas mueren durante el parto, según UNICEF, y el 80% de mujeres y niñas son forzadas a casarse, de acuerdo con datos publicados por la organización IRIN. Además, de ser víctimas de agresiones sexuales, violencia física o crímenes de honor; el 77% sufre discriminación laboral, el 94% están incapacitadas económicamente y el 91% reciben castigos físicos, según los datos extraídos de una encuesta realizada por TrustLaw.
Afganistán tiene uno de los mayores índices de mortalidad maternal en el mundo. El país alberga un contexto cultural, religioso y económico que concede a las mujeres escasas oportunidades para la educación o el acceso a la sanidad. Existe una falta extrema de esperanzas para un futuro mejor, lo que hace que las expectativas para las mujeres sean aún peores. Según las conclusiones extraídas de TrutLaw la violencia sexual y la falta de acceso a los recursos económicos y de salud representan una mayor amenaza para las mujeres que la inseguridad y la lucha que continúa en las fronteras afganas.
Su situación desde la caída del régimen Talibán en 2001 ha mejorado en algunos aspectos, pero estos logros que se han alcanzado en materias como educación, trabajo o código de vestimenta siguen siendo mínimos (el 87% son analfabetas según IRIN). En Afganistán, que es considerado como un Estado fallido, resulta impensable que por ahora pueda haber una ley contra los abusos sexuales.


    
2. REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO
1.152 mujeres son violadas diariamente
El nivel de agresiones sexuales en RDC es el más alto del mundo. 48 mujeres son violadas cada hora, unas 1.552 al día y aproximadamente 420.000 al año, según un informe presentado por American Journal of Public Health. En muchas ocasiones la guerra y los conflictos entre partes son el motivo principal para que se comentan estos crímenes, ya que las mujeres y las niñas son utilizadas como armas de guerra, tanto por los militares congoleños como por las tropas rebeldes, o reclutadas como soldados y a su vez como esclavas sexuales (67% según TrustLaw). No obstante, el estudio de la publicación estadounidense muestra que existen violencia y agresiones sexuales en el propio hogar.
En RDC el acceso a la educación y la salud es nulo para las mujeres y las niñas. El 57% de las embarazas padecen anemia, según datos publicados por el Banco Mundial. Además el hambre y la falta de recursos dificultan la situación, ya que en ocasiones los traslados para conseguir comida se conviertan en trampas, al ser asaltadas y agredidas en los caminos. La discriminación es otro factor que no mejora la vida de las mujeres, según elSocial Institutions and Gender Index, un 0% pueden firmar documentos legales sin el consentimiento de los maridos.
La RDC sigue sufriendo las consecuencias de la guerra y el desastre humanitario sufrido entre 1998 y 2003, donde 5,4 millones de personas fueron asesinadas. La débil estructura política, económica y social que se ha formado y el hecho de que exista una amplia corrupción en el Gobierno no mejoran la situación del país y empeora, aún más, la de las mujeres, ya que no hay una organización jurídica que permita denunciar las agresiones. La mayoría de los delitos se quedan impunes.  

3. PAKISTÁN
Más de 1.000 mujeres y niñas son víctimas de crímenes de honor

La violencia y discriminación contra las mujeres en Pakistán es desmesurada. Las prácticas culturales, tribales y religiosas son los detonantes de que éstas sean víctimas diarias de agresiones en sus hogares. Muchas prácticas incluyen ataques con ácido (85%) o matrimonios forzosos (93% según TrustLaw). Según la Comisión de Pakistán para los Derechos Humanos 1.000 mujeres y niñas al año son víctimas de crímenes de honor; mientras que el 90% sufren violencia diaria en los hogares, según datos de la organización Human Right Watch.
En Pakistán la raíz del problema es la discriminación y la falta de leyes que amparen a las mujeres. La inexistencia de condenas judiciales o la impunidad de los crímenes exacerban aún más las agresiones a las que son sometidas diariamente. El país no reconoce la violación por parte del cónyuge y castiga severamente a las mujeres que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio.
La precaria situación femenina las expone a problemas muy graves. Una mujer gana un 82% menos que un hombre, según datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP). Además, no tienen derecho sobre las tierras o las propiedades. El 83% no tienen acceso a la educación y un 67% sufren discriminación en el reparto de las herencias. No obstante, en el país se han conseguido algunos logros legales, por ejemplo, está en proceso de aprobación una ley contra la violencia en el hogar y se han creado normativas que protegen a las mujeres trabajadoras contra el acoso sexual, el secuestro o la intimidación.

4. INDIA
100 millones de personas, en su mayoría mujeres y niñas, están involucradas en el tráfico de personas
    
El tráfico de personas y la esclavitud sexual son dos de los mayores problemas que azotan al país. 50 millones de niñas han desaparecido durante el último siglo, víctimas de infanticidio, según el Fondo de Población de Naciones Unidas. Mientras que una estimación presentada por el ex secretario de Interior de India, Madhukar Gupta, 100 millones de personas, en su mayoría mujeres y niñas, están involucradas en el tráfico de personas. Según la Oficina Central de Investigación de India, hay 3 millones de prostitutas en el país de las cuales el 40% son menores. Y un elevado porcentaje está sometido a trabajos y matrimonios forzados (al 44,5% de las niñas las obligan a casarse antes de los 18 años, de acuerdo con datos presentados por el ICRW).
El gran problema es la falta de transparencia del Gobierno y la débil persecución que se hace de este tipo de delitos. La mayoría de los crímenes no son penados, por lo tanto no son erradicados. Otro problema es la falta de acceso a la educación de las mujeres, según TrustLaw el 90% es la cifra estimada. En India la discriminación viene incluso antes del nacimiento de las mujeres, de hecho se producen unos 12 millones de abortos cuando el sexo es femenino, en la mayoría de los casos esta práctica se realiza para evitar los costes de los matrimonios y las dotes femeninas.
 
5. SOMALIA
9% de las mujeres dan a luz en condiciones óptimas
 
Somalia ocupa el último lugar en la lista, pero según palabras de la ministra para Desarrollo de las Mujeres y Bienestar Familiar del país, Maryan Qasim: “Si me preguntaran cual es el lugar más peligroso para ser mujer del mundo, yo diría, sin lugar a dudas, Somalia”.
Somalia es uno de los países más pobres, con mayor violencia y peor legislación en el mundo. Entre los múltiples problemas a los que se enfrentan las mujeres están el alto índice de mortalidad al dar a luz, las violaciones, los matrimonios infantiles forzados y la Mutilación Genital Femenina (MGF) a las que son sometidas todas las niñas entre 4 y 11 años en el país, según UNICEF el porcentaje es de 95% e incluso, está aumentando.
La ley desprotege totalmente a la mujer y la mayor amenaza a la que se enfrentan según Maryan Qasim, es a “quedarse embarazada, no la guerra”, ya que 1 de cada 14 mujeres mueren al dar a luz. La representación femenina en las instituciones gubernamentales es ínfima, sólo el 9,5% de las sillas del Parlamento están ocupadas por mujeres, según UNDP. El 100% no tiene acceso a la educación y el 86% no cuenta con una alimentación adecuada, según datos de TrustLaw. 

Elecciones en España

Sobre las elecciones españolas

Ayudado por  la mentalidad de cuartel y sacristía como decía Unamuno ,
 Franco mató a la inteligencia española , mató  el espíritu critico y de  esa mentalidad es muy difícil librarse ...
El canon de la postguerra lo marcó Cela : una vuelta al casticismo más rancio

Es asombroso que los votantes españoles voten siempre a los chulos y a los corruptos . Es parte de la mentalidad del franquismo , porque la gente lo único que quiere es seguridad , una seguridad frágil , falsa .

Es una mentalidad de odio a la inteligencia , el grito más expresivo de la cultura española , sigue siendo el de Millán Astray : Muera la inteligencia !

Del libro ( Contra los franceses , libelo )

Con la frente marchita (Adriana Varela)


miércoles, 29 de junio de 2016

sobre como el capitalismo salvaje arrasa con la humanidad

 


( del Blog el Gerente Demediado ) 
Dos días, Una noche...sin escándalo



Sandra es una trabajadora escasamente cualificada que trabaja en una modesta empresa de placas solares. Sus jefes deciden un buen día despedirla ante la situación de crisis generalizada, algo tan cotidiano que apenas merece atención. Pero antes de hacerlo le proponen un juego cruel: si consigue que dieciséis de sus colegas renuncien a su paga extra anual ( 1000 euros) ella mantendrá su empleo. Sandra dispone de un fin de semana( de viernes tarde a lunes mañana) para convencer a sus compañeros de que sus necesidades de trabajo son más importantes que sus requerimientos de dinero.
Desconocemos si es un caso real, pero tampoco sería excesivamente inverosímil. La historia constituye el argumento de la última película de los hermanos Dardenne (Luc y Jean-Pierre) , reconocidos directores belgas caracterizados por la realización de un cine eminentemente social,de escasa contemporización. En este caso decidieron contar como protagonista con una verdadera estrella (Marion Cotillard) y no solo con actores no profesionales. Cotillard, posiblemente una de las mejores actrices actuales, borda el papel de mujer angustiada ante una decisión absurda.
En poco más de 48 horas de desasosiego Sandra recorre,con la ayuda de su marido, los domicilios y ubicaciones de sus compañeros a la búsqueda de un milagro.
La película ha sido unánimemente aclamada por la crítica de medio mundo, desde el New York Times a The Guardian. The Economist en un ejercicio de hipocresía asombroso , le dedica un artículo muy elogioso de significativo título: “Dos días, una noche, sin escándalo.” Llega a decir que la película de los Dardenne “profundiza en los devastadores efectos de los actuales problemas financieros que asolan los países occidentales mejor que cualquier otra película realizada hasta la fecha”.
Describe los sentimientos encontrados de cualquier espectador de bien, que se debate entre el deseo de que Sandra consiga su objetivo por un lado, y la evidencia de que para todos sus compañeros esa prima es también imprescindible. En boca de uno de ellos: “ será un desastre para mi si la mayoría vota a tu favor. Pero espero por tu bien que lo hagan”.
Devastadores efectos, dilemas inhumanos y atroces, generados por las propias políticas económicas que fomenta The Economist, y que aplican sin rechistar todos y cada uno de los gobiernos europeos, solo diferenciados en el color de la bandera.
Como muy bien señalaba The Guardian en su crítica a la película, la paradoja está en que el comprometido cine de los Dardanne es consumido mayoritariamente por una élite burguesa de la que forma parte posiblemente buena parte de la redacción de The Economist. Gente como nosotros, capaz de sentir empatía ( adquirida en algún curso de técnicas de gestión) por las miserias de los que nos rodean desde la cómoda butaca de un cine. Tristeza y comprensión que se desvanece al encenderse las luces.
Puede pensarse que no es más que una película realizada para ganar dinero. Pero tal vez deberíamos pensar si una trampa como la planteada en ella no la estamos viviendo todos nosotros de manera implícita. De forma subrepticia, nuestro gobierno ( como el resto de los gobiernos europeos, de los que no es más que el último de la fila), ha conseguido imponer una siniestra disyuntiva: para mantener los empleos de los que “estamos dentro” es imprescindible la precariedad, inestabilidad, y extorsión de lo que “están fuera”. Los sindicatos, prácticamente abatidos ( tanto por sus propia corrupción como por la ofensiva contundente de los que detentan el poder), colaboran resignadamente en la infamia: al fin y al cabo los que aún son trabajadores están dentro; los de fuera no existen.
Como ellos, aceptamos resignadamente las decisiones de los gobiernos autonómicos de no cubrir ausencias en los centros sanitarios, de tolerar contratos indignos, de castigar con el ostracismo griego los rechazos de éstos, de ( en el mejor de los casos) sacar plazas a concurso con cuentagotas. Mientras tanto colegios, sindicatos y sociedades profesionales andamos profundamente consternados desde la butaca del cine.
Xan Brooks escribe en The Guardian: “ Dos días, Una noche nos enseña que la lucha es siempre valiosa, sea cual sea el resultado. Aunque Sandra pierda , al final habrá ganado”.
Para aplicarnos el cuento.

sábado, 25 de junio de 2016

Mafalda y el gobierno


Mafalda y el futuro


El otro lado :del Blog El Gerente demediado

Siendo residente de primer año apareció un buen día por la guardia un adjunto largo y delgado que tenía dos costumbres insólitas. La primera era bajar por la urgencia, algo a lo que la mayor parte de sus colegas no nos tenían acostumbrados. La segunda era aún más pintoresca: presentarse a los pacientes personalmente: con gesto serio y voz cálida les estrechaba la mano, mientras les decía su nombre y su cargo. No recuerdo quien se asombraba más, si el resto del equipo de guardia o los pacientes, acostumbrados a que casi nadie les mirase a la cara.  Pronto descubrimos que venía de estar una larga temporada en Estados Unidos, lo que en cierta forma nos tranquilizó: al fin y al cabo debía ser un nuevo invento gringo (como los gorritos de quirófano), que pronto pasaría de moda. Desconozco donde está ahora aquel médico tan respetuoso, y si sigue realizando la misma rutina educada con cada paciente. Ojalá sea así.
Lo he recordado ahora al leer la iniciativa promovida por la Dra. Kate Granger, principal impulsora de la campaña “Hello my name is ( Hola, mi nombre es…”) dirigida a recordar a todos los profesionales ( médicos, enfermeras, administrativos,…) la importancia de presentarse ante los pacientes. Granger considera que esas “pequeñas cosas” ( que cantaba Serrat) son de importancia capital en la práctica clínica. Entre ellas está el que alguien se siente junto a ti en vez de informarte de pie, que te coja la mano cuando te note disgustado o preocupado, que sea capaz de dedicarte un tiempo extra para escuchar tus temores, que sea cuidadoso y respetuoso cuando te explora. En definitiva que ejerza otra de las viejas virtudes no incentivadas por ningún servicio sanitario: la compasión.
Para ser consciente de todo ello, Kate Granger, geriatra del hospital de Leeds, tuvo que vivir en carne propia lo que es ver el mundo a través de los ojos de un paciente. Sus experiencias como paciente terminal las recogió en un libro ( The other side) y en un blog impresionante ( drkategranger).
Sobre las experiencias de profesionales sanitarios “desde el otro lado” lleva tiempo escribiendo Jonathon Tomlinson en su imprescindible blog en el BMJ, la última hace solo unos días. En ella reflexiona sobre la sorpresa que conlleva comprobar que muchas de las prácticas, rutinas y costumbres que aplicaban a sus pacientes muchos profesionales cuando estaban sanos, sean tan frustrantes y decepcionantes cuando el que las recibe es uno mismo. Sobre lo poco que se utiliza esa fuente de conocimiento tan valiosa como es la experiencia de enfermedad en las facultades de medicina, en las escuelas de enfermería, en los servicios sanitarios de todo el mundo. Una preciosa vía de aprendizaje, las narrativas de las relaciones entre clínicos y pacientes, que sigue siendo invisible para muchos. A través de las que descubrimos que buena parte de los errores de los médicos no son revelados por los pacientes. Que expertos en medicina basada en pruebas acaban recurriendo (cuando son ellos los pacientes) a medicinas alternativas de escaso fundamento científico. Que ignoramos el hecho de que la prevalencia de las enfermedades mentales no solo no es menor entre clínicos que en la población general, sino que pensamientos sobre el suicidio son mucho más frecuentes entre nosotros ( 1 de cada 5 estudiantes de medicina, 1 de cada 10 médicos frente a 1 de 45 en la población general).
Tomlinson señala la experiencia de una estudiante de medicina, autora de otro blog estremecedor (The patient patient) en el que Anya de Long describe el cambio de percepción que se produce de ser rotante en una consulta de reumatología a pasar a ser ella la enferma. Como los pacientes son solo simples nombres en una lista,  administrados cada quince minutos, cuando uno es el que pasa consulta. Y como se viven esas mismas consultas cuando es uno mismo el que está al otro lado: como se preparan durante semanas las preguntas, las dudas, los resquicios de esperanza, para recibir en muchas ocasiones respuestas de trámite, vagas y genéricas, sin dejar de mirar el ordenador.
Por desgracia hay que pasar a estar en el otro lado para comprobar, como Kate Granger, cuanto se aprende de los pacientes si uno está atento y receptivo a todo ello. De sus vidas, del impacto de la enfermedad en sus vidas, de la repercusión que causa en sus familias.
Otro médico general, Liam Farrell, escribió: "cuando te enfrentas tan descarnadamente a tu propia vulnerabilidad, entiendes a los pacientes mucho mejor…somos frágiles, somos humanos, las cosas malas también nos suceden a nosotros, como a cualquier otro. Creo que somos conscientes de nuestra propia mortalidad, de la fragilidad de la vida, aprendemos a no sentirnos culpables por buscar ayuda, y también a estar atentos a los demás, a preocuparnos por la salud de los demás”.
Lástima que haya que pasar al otro lado para darnos cuenta.

jueves, 23 de junio de 2016

Unamuno : mentalidad de cuartel y sacristía



Franco mató la inteligencia española , el espíritu critico , consiguió dotarnos de una mentalidad de cuartel y sacristía , como denunció Unamuno . De esa mentalidad es muy difícil librarse ...
El canon de la postguerra lo marcó Cela : una vuelta al casticismo más rancio
Es asombroso que los votantes españoles voten siempre a los chulos y a los corruptos . Es parte de la mentalidad del franquismo , porque la gente lo único que quiere es seguridad , una seguridad frágil , falsa .
Es una mentalidad de odio a la inteligencia , el grito más expresivo de la cultura española , sigue siendo el de Millán Astray : Muera la inteligencia !

Del libro ( Contra los franceses , libelo )

Teoria de la mosca cojonera ( Javier Cercas )

 la mosca cojonera jamás se beneficia de los líos en que se mete o en que la meten; al contrario: con cada nuevo lío pierde amigos, o por lo menos lectores. Esto significa también que, como las águilas, la mosca cojonera nunca vuela en bandada. Ojo: hay mucha mosca cojonera de mentira, bravucones insolventes que viven de su falso prestigio inverso de moscas cojoneras porque no pueden vivir de otra cosa; la mosca cojonera auténtica vive a la intemperie pudiendo vivir en un palacio, mientras que la falsa mosca cojonera pasa con frecuencia de la intemperie al palacio gracias a los réditos de sus incordios de pacotilla. Dos de las máximas moscas cojoneras europeas del último siglo fueron obviamente Orwell y Camus; obviamente, dos de las máximas moscas cojoneras españolas de los dos últimos siglos fueron Larra y Unamuno. Como toreros que se arriman mucho al toro, todos ellos murieron jóvenes (y uno se pegó un tiro antes de cumplir 30 años), salvo Unamuno, que era una mosca tan sumamente cojonera que quería seguir siendo una mosca cojonera durante toda la eternidad. Y hablando de Unamuno: sobra decir que la mosca cojonera puede equivocarse mucho, sobre todo en política, pero tiene una habilidad diabólica para rectificar, lo que constituye un incordio suplementario; sobra decir también que al final el verdadero lema de la mosca cojonera, más que de Machado, podría ser de Unamuno: “En guerra con los hombres y en guerra con mis entrañas”.


Expertos en proceso diagnostico

Condiciones : 
La primera de ellas es la posesión de un extenso conocimiento a través de una implicación continua en la práctica clínica: “ver pacientes. Estar interesados en el trabajo clínico. No puedes ser un buen clínico solamente leyendo. Ver más pacientes. Ver una gran variedad de pacientes”. 
La segunda de las características es la de poseer habilidades para reunir de forma efectiva las historias de los pacientes.No las historias clínicas ele ctrónicas, sino su narrativa: “ creo que lo más importante del aprendizaje es escuchar. Es la habilidad de de realmente escuchar lo que el paciente quiere contar y no lo que te gustaría oír. Creo que los médicos menos habilidosos, los menos experimentados son los que interrumpen, preguntan continuamente, dirigen al paciente en vez de escuchar lo que dice. La mayor parte del diagnóstico sucede a través de tus oídos, no de tus ojos”
La tercera clave es la de integrar reflexivamente conocimiento e historias, siempre pendientes de buscar más causas que pueden explicar los síntomas, sin ignorar los síntomas que no cuadran en nuestra hipótesis. 
La última característica es el aprendizaje continuo en la práctica clínica: “ Hay que ser humilde. Creo que la humildad significa aprender de tus errores. Eso forma parte también de ser un experto”. 
Esas cuatro características clave no sirven de nada aisladas. Es su integración la que las convierten en poderosas. La capacidad de integrar lo aprendido con otras pacientes en el pasado mientras se construye nuevo conocimiento enfrentándose a nuevos casos difíciles. Llaman a esa situación “el pasillo de adaptabilidad óptimo ( optimal adaptability corridor)"

miércoles, 22 de junio de 2016

Atahualpa Yupanqui : Preguntitas sobre Dios


Ayudar a morir , de Iona Heath


Ayudar a morir, de Iona Heath: sobre lo esencial de la vida
Elena Serrano Ferrández
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria

                                   
    


Sinopsis y comentario

La continuidad de la portada en el libroAyudar a morir nos aproxima, en apenas doce líneas, a Iona Heath: su trabajo como médico generalista en un barrio pobre de Londres desde 1975 y su dedicación a otros ámbitos estrechamente relacionados con la práctica clínica, como son los Comités de Ética, la comisión de Genética o el grupo de Desigualdades en Salud. Si bien el título pudiera no recoger de forma fiel el contenido y los entresijos de las más de 120 páginas que tenemos por delante, sí que la aproximación citada a una de las referentes en la medicina de familia, y la colaboración con John Berger, dibujan una suculenta introducción a una lectura que no nos dejará impasibles.

Es la narración inicial de Berger la que nos hace viajar desde un ayer hasta un hoy, para introducirnos uno de los ejes sobre el cual girarán el resto de las páginas: el cambio en la forma y el lugar de morir. Posteriormente se suceden ocho capítulos escritos por Iona Heath donde se entremezclan su experiencia con la muerte a través del trabajo con sus pacientes, reflexiones, dudas y sentimientos derivados de ella, sin olvidar la (con)vivencia con su entorno y su biografía. Todo ello con un eslabón común: las referencias a obras literarias, poesía y pensadores que, parece, guían su camino. Por último, las doce tesis de Berger, a modo de conclusión, nos recuerdan algunas ideas concisas y claras expuestas en los capítulos anteriores y su teoría de que el capitalismo deshumanizó la experiencia de la muerte.


  • «La muerte forma parte de la vida y es parte del relato de una vida. Es la última oportunidad de hallar un significado y de dar sentido coherente a lo que pasó antes»; «hay que vivir la muerte».
  • «El objetivo de la vida es la Sensación, sentir que existimos, aunque sintamos dolor».
  • «Mis pacientes me han demostrado que en el proceso de morir el tiempo del cuerpo y el tiempo de la mente pueden desconectarse con mucha facilidad».
  • «En la frontera del tiempo y la eternidad, los muertos pueden ayudar a los moribundos a morir».
  • «Morir es difícil y también lo es ser médico: hay que tomar conciencia de los límites de la propia ciencia y de la propia habilidad».

Todos estos son algunos fragmentos de una lista amplia de lo subrayado en la lectura. Cada uno de ellos invitaría a una reflexión matizada sobre la muerte, sobre los otros y sobre nosotros. La elección de este libro va precedida de la importancia de dar a conocer (y recordar) a Iona Heath, un médico generalista a tener en cuenta en nuestro día a día. Y para dejar sobre la mesa un tema que, como profesionales que trabajamos con personas, no podemos olvidar, ni dejar para el final ni desvincularse del vivir: se trata de plantearnos qué significa morir y cuál debería ser nuestro quehacer con respecto al otro, que es el paciente. Y es que algo está cambiando y debemos preguntarnos el porqué, si quizá la medicina basada en datos duros y (sobre)tecnificada nos aleja de nuestra responsabilidad «como compañeros de la muerte». Hay destellos en el libro que nos invitan a hacernos esas preguntas, como lo es la referencia al estudio cualitativo que comparaba la forma de morir en países pobres y ricos: se pudo saber que los pacientes de Kenia manifestaron el deseo de morir para verse libres del dolor y en los pacientes escoceses su deseo de morir estaba vinculado con acabar con los efectos colaterales del tratamiento médico.

El libro Ayudar a morir nos plantea interrogantes, dudas, (re)valoriza el sentir de las emociones y hace presente la incertidumbre que acompaña al vivir. En medio de esta amalgama de matices, en el capítulo titulado «Lo que el médico necesita», podemos encontrar indicios sobre aliados que nos pueden ayudar a transformar el don de la ciencia de comprender mediante la simplificación: los ojos, las palabras, el contacto físico y la paciencia.

Bibliografía

  1. Heath I. Ayudar a morir. Editorial Katz. 2009
  2. Entrevista a Iona Heath durante su estancia en Granada (2013) para participar en el Congreso de semFYC.
  3. Al final tú decides (2009): es el resultado de una acción en la calle en la que diferentes personas expresan su opinión sobre el significado de «muerte digna». Palabras y testimonios de ciudadanos de a pie con diferentes creencias, opiniones y experiencias sobre el significado del morir. Proyecto audiovisual realizado por Maite Cruz Piqueras, Noelia García Toyos, Mar Giménez Marín, Manuela López Doblas, y Moli7 Espacio Audiovisual.
  4. De muerte somos todos (2012) es un relato coral a partir de los resultados de una investigación cualitativa que indaga sobre cómo se muere la gente en los hospitales andaluces. El montaje está realizado con voces y narraciones provenientes de las personas entrevistadas junto con referencias de textos literarios que tratan la muerte. Proyecto coordinado por Maite Cruz con el montaje de Marina Pérez Trigueros y la colaboración de María Isabel Tamayo Velázquez y Pablo Simón Lorda.

martes, 21 de junio de 2016

La medicina no tiene alternativa



Homeopatía, ayurveda, osteopatía o acupuntura. ¿Terapias alternativas? En rigor, no. Solo pueden aliviar o actuar como placebo


 
 
La línea roja que separa las llamadas terapias alternativas de los tratamientos convencionales vuelve a ser centro de debate sobre qué camino elegir cuando aparece un problema de salud. La afirmación, en el programa La mañana de La 1, de TVE, el pasado febrero, de que el aroma de limón podía prevenir el cáncer, en referencia a la aromaterapia, ha vuelto a despertar el interés por marcar las diferencias entre qué es y no es medicina a la hora de recomendar remedios y hábitos saludables en nuestra vida cotidiana.
Esta discusión no es nueva. Cuando, en 2013, el Ministerio de Sanidad anunció su intención de regularizar algunos productos homeopáticos que hoy permanecen en el limbo legal, el mundo médico y científico reaccionó de forma muy enérgica dando lugar a encendidas batallas (como la de Twitter con el hashtag #nosinevidencia), que exigían a la Administración dar marcha atrás en su deseo de autorizar que diferentes preparados sin eficacia demostrada salieran al mercado bajo la etiqueta de medicamento.
La pregunta es que si determinadas terapias son aconsejadas por médicos, incluso las venden en farmacias, ¿hasta qué punto resulta sencillo para un paciente que ha decidido ponerse en manos ajenas identificar que es una pseudomedicina? “No siempre es fácil”, aclara el bioquímico José Miguel Mulet, autor del libro Medicina sin engaños, sobre los peligros de las terapias alternativas, “porque muchos pseudomédicos utilizan el marketing emocional y se presentan como pacientes que han sufrido una enfermedad y se han sometido al tratamiento oficial, pero dicen que se han curado con una alimentación”.

Másteres, cursos y modas que no ayudan

La apariencia de que los remedios alternativos funcionan se debe en buena parte al efecto placebo, por el cual los síntomas pueden mejorar con una sustancia inocua. “Todas las enfermedades tienen un importante componente psicológico y solo por el hecho de saber que se está tratando ya se puede sentir una mejoría. Pero, también puede implicar un agravante y empeorar. Muchas enfermedades y molestias siguen procesos cíclicos en su progreso y en su remisión, y cuando alguien va un curandero puede pensar que ha mejorado cuando en realidad está en la última fase del ciclo”, razona Mulet.
Otros factores como la proliferación de másteres y cursos de pseudomedicinas en universidades, las modas o determinadas informaciones en los medios de comunicación, no ayudan demasiado a discernir entre los tipos de tratamiento. “Renunciar a la medicina convencional controlada en ensayos clínicos para recurrir a manos no expertas, se debe a que una generación instalada en el bienestar, que ha superado la elevada mortalidad infantil que le precedió y determinadas enfermedades infecciosas e intoxicaciones alimentarias, olvida que el progreso sanitario ha costado siglos de experimentación en medicina, higiene, salud pública y tecnología alimentaria”.
Sanidad intentó regularizar, contra el sector médico, algunos preparados homeopáticos que siguen en el limbo legal
El médico y divulgador científico británico Ben Goldacre, un referente crítico en el campo de la pseudomedicina, en su libro Mala ciencia, explica que cuando empiezan a preocuparnos los excesos y surge la idea de abstenerse para conseguir una vida sana, el estado de seguridad sanitaria se convierte en el caldo de cultivo para estas terapias que son percibidas como nuevas formas de purificación. “Nuestras circunstancias nos llevan a hacer cosas que podemos lamentar y, como respuesta, a menudo inventamos nuevos rituales. En el mundo occidental desarrollado buscamos formas de redención y purificación que nos liberen de los abusos en que incurrimos. Sabemos que obramos mal si consumimos droga, alcohol o mala comida. Luego ansiamos una protección ritualista contra las consecuencias, que celebre nuestro retorno a unas normas de conducta más saludables”. Según Goldacre, lo perjudicial es hacer creer que esos “rituales” se basan en la ciencia. “Casi todas las religiones y culturas tienen algún tipo de rito de purificación o abstinencia como el ayuno o el baño envueltos en jerigonzas terminológicas”. El médico define el patrón que se repite en toda pseudociencia: “No acepta críticas y se retira hacia posturas incontestables”.
El perfil de los pacientes que recurren a la pseudomedicina, indica el bioquímico Mulet, no tiene que ver con el nivel de ingresos o cultura, sino con la capacidad de sugestión que puede despertar en personas psicológicamente vulnerables que buscan referentes motivados por factores diversos: por contraposición a la industria médica y farmacéutica; por la necesidad de encontrar el trato humano y afecto que no reciben en la consulta médica; el consejo boca a boca; la tendencia marcada por famosos que dicen que les ha funcionado; o por desesperación. “Para los pseudomédicos es importante la personalidad, el comportamiento o lo que el paciente dice que siente. Pero es contradictorio que ninguno ofrezca fórmulas magistrales individuales, sino que administran tratamientos por igual, no personalizados”, apunta Mulet.

La homeopatía como paradigma

Incluida en reglamentos sanitarios europeos, la homeopatía constituye el “contramodelo” para los críticos de los tratamientos alternativos, ya que ejemplifica la medicina basada en la evidencia empírica que “reivindica una tradición histórica reescrita según las necesidades del mercado”, tal y como describe Goldacre, para quien los preparados homeopáticos no son más que “unas pastillitas de azúcar vacías” sin experimentos controlados que aprueben la validez del tratamiento.
La homeopatía vino al mundo de la mano del médico alemán Samuel Hahnemann en 1796, en forma de compendio de remedios y diluciones (reducción de la concentración de una sustancia química) cuyo principio es “lo semejante cura lo semejante”, al asegurar que el factor que produce la enfermedad también puede curarla y cuanto más diluido esté mayor será su efecto. El invento fue bienvenido cuando los tratamientos convencionales vivían una de sus épocas más agresivas aplicando sangrías, baños fríos o vapores de mercurio para determinadas enfermedades. Para Hahnemann, que se centraba en los síntomas, el cuerpo humano era como una caja negra en la que entraban medicinas y de la que salían efectos. “Entonces la medicina se fundamentaba en la comprensión de la anatomía y en el funcionamiento del cuerpo. Pero hoy se han vuelto las tornas: los médicos observan los resultados de los ensayos para estudiar la eficacia, y los homeópatas ignoran los datos empíricos negativos de su eficacia confiando solo en teorías exóticas”, indica Goldacre.
Según los datos que Boiron, el gigante francés de la fabricación de estos preparados que dice exportar a más de 80 países, expuso en las conferencias del pasado febrero en los Colegios de Farmacéuticos de Valencia y Sevilla, uno de cada tres españoles ha recurrido alguna vez a la homeopatía y más de 10.000 médicos la ofrecen en sus consultas.
El perfil del consumidor no tiene que ver con el nivel de ingresos o cultural, sino con la sugestión que despierta
En Francia y Suiza la homeopatía está integrada en sus sistemas públicos de salud, y en Bélgica las aseguradoras la financian en parte. Michèle Boiron, miembro del consejo de administración, presentó a la homeopatía como “un método terapéutico para enfermedades agudas como la gripe o resfriados y problemas de sueño o estrés leves o pasajeros”, y subrayó que el objetivo de su terapia es “encontrar soluciones eficaces con menos efectos secundarios relevantes”. Según el gigante francés, el interés creciente por los productos homeopáticos (fue el tercer “qué es” más buscado en Google en 2014, aseguró) pone en evidencia la necesidad de proyectos de divulgación entre farmacéuticos y de formación desde los plantes de estudio. Sin embargo, la cátedra que había patrocinado en 2010 en la Universidad de Zaragoza, que provocó el rechazo del ámbito académico, fue suprimida en octubre pasado.
La homeopatía tiene como producto estrella el Oscillococcinum, inventado por Joseph Roy durante la I Guerra Mundial contra la gripe. Hasta ahora ninguna prueba científica ha demostrado que la homeopatía, cuyos productos se comercializan en España desde 1994, tenga más efectos que el placebo, argumentan sus críticos, quienes la consideran como un “no tratamiento” sin peligrosidad y con apariencia de eficacia. Además, observa Mulet, “una compañía farmacéutica debe invertir millones de euros en investigación, ensayos clínicos y un largo proceso de autorización. La homeopatía nada. No surge de la observación y la experimentación como la medicina, sino de las ocurrencias de un señor”.

Algunas recomendaciones

Un estudio de la Universidad de Glasgow desmontaba en 2010 el argumento de que no es peligrosa: “Impide que el enfermo busque un tratamiento efectivo, resta subvenciones a terapias válidas, mina la confianza en los servicios de salud públicos e influye de forma negativa en terapias complementarias eficaces”. Ese mismo año, un informe de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes agudizó la controversia con un dictamen negativo sobre la homeopatía y el Reino Unido acabó por retirarla del Servicio Nacional de Salud.
Las terapias alternativas, según Mulet, no producen efectos secundarios y tampoco primarios. Sin embargo, recomienda en su libro algunas normas para escapar de manos no expertas: “Cuando algo no funciona, lo mejor es ir al médico y evitar consejos de amigos, familiares o de foros de Internet; huir ante una terapia que parece demasiado buena o una tontería, porque ningún tratamiento médico es efectivo al cien por cien; las terapias exclusivas no existen; desconfiar de profesionales que hablen de sus experiencias personales con enfermedades, de conspiraciones de la industria farmacéutica o que presuman de tratar a pacientes importantes”. Por último, el bioquímico lanza una máxima: “Lo caro no es mejor”.

Plantas, agujas y masajes

Estas terapias no son medicina. Pero pueden funcionar como efecto placebo (suficiente para sentir una mejoría) y, algunas, aliviar dolores y procurar bienestar. Sin embargo, su uso inadecuado, tal y como indica la OMS , también pueden originar efectos secundarios. Aquí contamos qué es cada una.
FITOTERAPIA. Se considera pseudomedicina al recomendar el uso de plantas cuando existen tratamientos convencionales o aconsejar hierbas contraindicadas. Aunque en la antigüedad ya se conocían remedios a base de plantas, algunas no son efectivas. Los problemas pueden venir al desconocer la cantidad del principio activo, no producir el efecto esperado o tener los mismos efectos secundarios que un fármaco. La OMS reconoce la eficacia de la ‘Artemisia annua’ contra un tipo de malaria.
MEDICINA TRADICIONAL CHINA (MTC). Defiende que por nuestro cuerpo corren canales de energía vital llamados meridianos. Así, la enfermedad se da por un desequilibrio entre esas corrientes, y se recupera con preparados, infusiones o aplicando agujas. La fisiología y anatomía se valoran en función de la doctrina taoísta de los equilibrios y el yin y el yang.
ACUPUNTURA. La filosofía de esta terapia tradicional china es similar a la MTC. Para recuperar el equilibrio se usan agujas, cuya aplicación se reivindica como analgésico. La OMS reconoció en 2003 su efectividad en algunos dolores. El número de puntos, que puede variar, están en los 365. La mejoría se nota porque si se sufre un dolor crónico localizado en una parte del cuerpo y se clava una aguja en otra zona, el cerebro se despista y olvida el sitio que dolía antes.
AYURVEDA. Procedente de India, se traduce como “la ciencia de la vida”. La enfermedad se debe también al desequilibrio de la energía vital, llamada ‘prána’. Es una mezcla de biología, física cuántica y filosofía. La base es similar a la MTC, con la diferencia de que el desequilibrio de las energías trata de solucionarse con infusiones de hierbas, preparados o ayunos.
QUIROPRÁTICA. Aunque se anuncia como técnica milenaria, la creó Daniel David Palmer en 1895. Según su filosofía, el flujo de la energía transita en la columna vertebral, y al manipularla se restablece el equilibrio para curar las enfermedades. Su riesgo reside en movimientos violentos como giros de cuello o espalda.
OSTEOPATÍA. Inventada por Andrew T. Still, en 1874, significa “padecimiento del hueso”. Sus defensores dicen que puede curar cualquier problema a base de masajes centrados en los tejidos blandos para liberar la energía atrapada en los músculos. La osteopatía en su forma más habitual es similar a la fisioterapia y puede tener los mismos efectos beneficiosos que un masaje

He cambiado de médico cuando supe que aceptaba favores de la industria farmaceutica

El elefante de la Industria Farmacéutica ocupa un espacio inmenso en la habitación de los sistemas sanitarios. Nadie  le ve. Seguimos afanosamente atareados en nuestras cosas, lamentándonos de crisis y recortes, de mala educación de los usuarios, de que todos quieren medicinas para los problemas de la vida diaria. Queda la duda de si algún día, en algún momento, seremos capaces de ver al menos una oreja al elefante. Porque, como dice Gotzsche , se necesitan dos para bailar el tango

No estaría mal empezar por seguir sus seis sencillas recomendaciones:
-    dejar de formar parte de cualquier asociación que acepte favores de la industria.
-    Preguntar a su médico si recibe dinero o beneficios de la industria, si recibe visitadores, y si es así cambiarse de médico
-    Dejar de tomar medicamentos salvo en los casos en que sean absolutamente indispensable ( lo que es muy improbable)
-    Preguntar si existe una versión más barata del fármaco en caso de ser indispensable éste.
-    Evitar medicamentos que lleven menos de 7 años en el mercado.
-    Recordar que no podemos creer una sola palabra que proceda de la industria farmacéutica

lunes, 20 de junio de 2016

Dia del Refugiado ( tienen su día pero es lo único que tienen )


La eudaimonia

Es característico de la eudaimonia el tener un proyecto, un telos, un propósito vital. Pero no todos los fines están asociados a la eudaimonia, sino los llamados intrínsecos, los buscados como fin en sí mismos y no como medio para otra cosa. El conocimiento por el conocimiento, pongamos, no para fardar, para ganar más dinero o para conseguir un premio.
Algunos afirman que eudaimonia es tener objetivos que trascienden al yo, al momento presente: buscar algo más grande que yo mismo. Eudaimonia se relaciona también con el crecimiento personal, con el desarrollo de nuestras competencias, con sacar al mejor yo. Y también con el cultivo de las virtudes, las areté, las fortalezas de carácter que son, en el fondo, una automatización de la buena conducta. Y tiene también que tener con la autonomía, con poder tomar tus propias decisiones y ser coherente con uno mismo, con el daimon, el auténtico yo.
La investigación muestra que cada forma de felicidad tiene unos resultados. Las personas predominantemente hedónicas son más despreocupadas y tiene más afectos positivos; las eudaimónicas dicen que su vida tiene más sentido, son más vitales y tienen más experiencias de elevación o trascendencia. Las personas hedónicas dicen estar muy felices en el corto plazo, pero las eudaimónicas mantienen el nivel de felicidad en el medio plazo.

Wislawa Szymborska . poema


"Lo reconozco, ciertas palabras
me crean problemas.
Por ejemplo los estados llamados ‘sentimientos’
no consigo hasta ahora explicarlos de forma exacta

Lo mismo con ‘el alma’, palabra-acertijo.
De momento concluyo que es un tipo de niebla,
en teoría más duradera que los organismos mortales.

Sin embargo, mi mayor problema es la palabra ‘soy'.
Tiene la apariencia de una acción común,
realizada de forma general, pero no colectiva,
en un antetiempo presente,
de aspecto imperfectivo,
si bien, como se sabe, ya hace mucho perfectivo”.

Wislawa Szymborska : estimo altamente dos pequeñas palabras: No se


“..Estimo altamente estas dos pequeñas palabras: “no sé”. Pequeñas, pero dotadas de alas para el vuelo. Nos agrandan la vida hasta una dimensión que no cabe en nosotros mismos y hasta el tamaño en el que está suspendida nuestra Tierra diminuta. Si Isaac Newton no se hubiera dicho “no sé”, las manzanas en su jardín podrían seguir cayendo como granizo, y él, en el mejor de los casos, solamente se inclinaría para recogerlas y comérselas. Si mi compatriota María Sklodowska-Curie no se hubiera dicho “no sé”, probablemente se habría quedado como maestra de química en un colegio para señoritas de buena familia y en este trabajo, por otra parte muy decente, se le hubiera ido la vida. Pero siguió repitiéndose “no sé” y justo estas palabras la trajeron dos veces a Estocolmo, donde se otorgan los premios Nobel a personas de espíritu inquieto y en búsqueda constante.” Discurso de recepción del Premio Nobel
 
“El homo ludens con un libro es libre. Al menos, tan libre como él mismo sea capaz de serlo. Él fija las reglas del juego, subordinado únicamente a su propia curiosidad. Puede permitirse no sólo leer libros inteligentes de los que aprenderá cosas, sino también libros estúpidos de los que algo sacará. Es libre de no leer un libro hasta la última página, y de empezar otro por el final e ir retrocediendo. Puede echarse a reír en un punto no destinado a ello o, de repente, detenerse ante unas palabras que recordará durante el resto de su vida. Y, finalmente, es libre –y ningún otro pasatiempo puede ofrecerle esto– de escuchar de qué habla Montaigne o de zambullirse en el Mesozoico por un instante.”
 

sábado, 18 de junio de 2016

Consejos de un arbol

Cerezos en flor ( película Doris Dorrie )



El sakura, la floración de los cerezos en Japón, marca el fin del invierno y el comienzo de la primavera. Su estallido blanco y rosa dura apenas dos semanas y, además de un espectáculo natural, para los japoneses es una metáfora de lo transitorio. Cerezos en flor, la última película de la directora alemana Doris Dörrie (Hannover, 1955), estrenada el pasado viernes en España, recoge esta imagen para desarrollar un mensaje vitalista sobre la fugacidad de la vida. "Cuando te enfrentas con la muerte directamente disfrutas más de estar vivo". Después de tres películas filmadas parcialmente en Japón entiende el idioma y sobre todo la idiosincrasia japonesa, que le fascina desde hace 20 años.
Cerezos en flor, según su autora, es un "memento mori", un recordatorio de nuestra fragilidad. Rudi pierde repentinamente a su mujer, Trudi. Sus hijos, ya adultos, están absorbidos por sus vidas y apenas se comunican con su padre. Rudi va a Japón a pasar una temporada con uno de ellos, realizando el viaje que Trudi hubiera querido hacer. Dörrie defiende: "Hay mucha relación entre el carácter alemán y el japonés. En ambas culturas existe una extraña tensión entre la apariencia de frialdad y corrección y una irracionalidad contenida que puede despertar en cualquier momento". En la película también ha querido reflejar lo que en su opinión es una actitud muy japonesa: la observación del otro, a través del personaje de Yu, una joven que parece ser la única que comprende la angustia del protagonista. Ella baila un tipo poco conocido de danza, el butoh. "El butoh surgió en los años sesenta como una mezcla de la cultura hippiejaponesa y la danza expresionista alemana. Tiene puntos en común con el flamenco por su carácter expresivo y espontáneo".

Dublin : Feed your head READ


viernes, 17 de junio de 2016

- Schopenhauer : si algún Dios creó este mundo , no me gustaría ser ese Dios , pues su miseria y su infortunio , me partirían el corazón

Imagina que te piden que definas la vida…


 
 
Emilio Silva⎮Diario del Aire⎮10 noviembre 2014
Imagina que te piden que definas la vida, que cierres los ojos y sientas los abrazos de quienes ya no están; que se te haga un nudo en la garganta pensando en los padres que nunca volverás a ver, en los amigos que murieron jóvenes, en los que han tenido mala suerte, en los que por alguna razón irracional no han conseguido rozar la felicidad. Imagina que te llevan a visitar un museo donde se exponen todas las oportunidades que perdiste; los silencios que no debiste guardar, una piscina donde se balancean como agua salada todas las lágrimas que te ha arrebatado la tristeza. Pero entonces imagina que escuchas seguidas todas las risas, que sientes juntas todas las veces en que te estremeciste, en que te emocionaste, en que cerraste los ojos frente a otro rostro y te besó el universo, el infinito, en que te reconciliaste con un amigo, con un amor, en que la mirada de tus hijos, su sonrisa o un paso que dan hacia la madurez, dan por un segundo sentido a toda tu existencia. Imagina que vives y que yo llevo 49 años respirando para vivir este momento y que le lanzo un tango a la vida.
TANGO A LA VIDA
Pisarla sin moqueta, sin suela, sin plantilla,
su espacio es una ruta que exige pies desnudos,
los poros de las plantas sabrán de sus pasiones,
aunque a veces los pasos se conviertan en nudos.
Comerla sin envase, sin plato, cruda y simple,
como comen los sueños realidades de plomo,
que vague su textura por el tiempo intestino,
que es bueno digerirla sin saber qué ni cómo.
Mirarla sin cristales, sin lentes, sin lentillas,
mirarla sin rodeos, tampoco de reojo,
que atrapen las pupilas su mágica provincia,
que sepan de su noche, su luna, su despojo.
Amarla sin temores, sin miedo, sin recelo,
crecer en su universo, en su mota de polvo,
es frágil y resiste, es dulce y necesaria,
y aunque a veces nos cueste hay que dárselo todo

jueves, 16 de junio de 2016

PLASTICA › DIEGO BIANKI PRESENTA SU LIBRO Y SU MUESTRA BUENOS AIRES


“Quise recuperar ese imaginario que pisamos en cada esquina”

El ilustrador, que es una referencia en el mundo de la gráfica, construyó una muy personal crónica urbana a partir de iconos y marcas levantadas de la calle. El trabajo de clasificación y reapropiación de esa “basura” le llevó diez años.

Un posible mapa gráfico y literario de la ciudad de Buenos Aires. Pero también un mapa o una crónica del suelo de esa ciudad, hecho de basura que fue juntando del piso. Eso es lo que dice Diego Bianki que resulta su libro Buenos Aires, recientemente publicado dentro de la colección Mi hermosa ciudad de la editorial española Media Vaca, con distribución en la Argentina. Este recorrido hecho de iconos y marcas gráficas de la ciudad, reapropiadas por la mirada y el talento de Bianki, va construyendo una muy personal crónica urbana. Con dos particularidades: está ordenada alfabéticamente, y cosida por fragmentos de textos literarios de los más diversos orígenes y autores. Todo lo que el artista gráfico juntó –básicamente, basura– en los diez largos años que le llevó hacer este libro, lo transformó en una muestra que puede visitarse hasta el próximo sábado 25, de 15 a 20, en la galería Granada (Godoy Cruz 1644), donde mañana y el viernes dictará un workshop. El sábado 25 a las 18, además, Bianki presentará el libro junto con el escritor Washington Cucurto, el diseñador Daniel Wolkowicz y Gustavo Darío López, editor del sello bahiense Vox.
La Buenos Aires que descubre Diego Bianki en este libro es tan cotidiana como asombrosamente reveladora, hecha de boletos de colectivo y de turnos de espera, del papel que envuelve la pizza de Las Cuartetas y de las Fragatas de las cajitas de fósforos, de logos que se van modificando con el tiempo y que Bianki juntó y clasificó con una dosis admitida de obsesión. Y es una Buenos Aires hecha de deshecho, al punto tal que su autor ha lanzado una convincente invitación a ir a la galería Granada: “Esta muestra es una basura”. Lo cuenta mientras recuerda un encuentro cuerpo a cuerpo con un cartonero por calle Corrientes, después de haber divisado ese logo que le faltaba, y que necesitaba: el de la chica de Terrabusi que va caminando de espaldas, con un paraguas. Esa vez, la caja terminó en el carro de su legítimo dueño.
Uno de los grandes méritos de esta guía de Buenos Aires es el de la mirada de la que parte. Una mirada que sabe abarcar detalles mínimos y trascendentes, que no es en absoluto la de un turista –aunque, después de haberse mudado hace dieciséis años a Colonia, Uruguay, junto a su esposa, la escritora Ruth Kaufman, Bianki dice que esa distancia le permitió, justamente, despejar la mirada–. Y que tampoco está direccionada pensando en un posible turista lector, algo que suele aparecer en trabajos gráficos alrededor de la ciudad.
“Todo empezó con la propuesta de Vicente Ferrer (editor de Media Vaca) de ilustrar El libro del desa-sosiego de Fernando Pessoa, allá por 2001. Y fue el libro del desasosiego... ¡no el de Pessoa, sino el mío!”, se ríe Bianki, repasando la historia de este libro. “Con El desa- sosiego fracasamos porque al editor que tenía sus derechos le pareció que a Pessoa no había que ilustrarlo, o que era una falta de respeto ilustrarlo. Ya había empezado a trabajar y tuve que dejarlo de lado. Así que Vicente lo unió con mi proyecto de libretas, que hago desde el ‘98. Ahí voy colectando material, dibujando, apuntando, retratando en el subte a la gente, coleccionando estampillas, robando etiquetas de la verdulería. Ya tengo más de veinte”, relata.
–¿Y cómo se unieron esas libretas con Buenos Aires?
–La cuestión es que, viniendo de la gráfica, la ilustración y el diseño, me interesa mucho todo que tenga que ver con el contacto visual. Pero, a la vez, mi impronta se ha transformado en una especie de coleccionista de gráfica urbana, y me siento un coleccionista por el lado del impulso: cuando quiere algo, el coleccionista va y lo consigue, paga lo que sea. Si bien esto no lo compro, lo recojo de la calle, de la basura, tengo esa cosa del impulso. Y de ordenar las cosas de manera tal que luego uno no pueda encontrarlas a partir de una clasificación. Así empecé a hacerlo en estos libros que son como mis registros.
–Mucho del material que utiliza es de lo más cotidiano: cajas de pizza, de hamburguesas, papelitos de caramelos. ¿Por qué los elige entre miles?
–A mí me llama mucho la atención algo que podría denominarse el no lugar del diseño, o el no lugar de la gráfica, que son todos estos espacios visuales de tránsito que nosotros, consciente o inconscientemente, estamos compartiendo a diario. Vamos y compramos un alfajor, lo vemos un instante y después tiramos ese paquete. Digo casi no lugares porque el no lugar no genera pertenencia. Sin embargo, toda esa gráfica tiene un espacio de pertenencia en el inconsciente colectivo, en las diferentes generaciones. El dibujo de El Gato Negro, el del alfajor Jorgito, el de Geniol, los iconos de las botellas que indican que hay que tirar el envase a la basura: todo ese casi no lugar genera una pertenencia. Al menos entre los que nos interesamos por la gráfica. A partir de ahí, uno puede jugar con las ideas, relacionarlas con los textos y generar este juego que se propone al lector. En definitiva, traté de recuperar ese imaginario que pisamos en cada esquina.
–En verdad suena un poco enloquecedor andar por la gran ciudad prestado atención a cada señal gráfica. ¿En algún momento descansa?
–En algún momento descansás, pero se te genera esta cosa de la compulsión que digo que comparto con el coleccionista y que, a la vez, termino por compartir con otra gente. Cuando estaba en el proceso del libro, muchos amigos que me veían juntando cositas de la calle, empezaron a avisarme: tengo un montón de estos muñequitos recortados, tengo tal o cual logo. Una amiga desde Roma me mandó cantidad de sobres por correo, es una persona obsesiva y cuando le dije que había terminado el libro entró en crisis: ¡y ahora qué voy a hacer! (risas)
–¿Y usted?
–Yo manejo mis compulsiones y a mis obsesiones las voy diversificando. Hoy ya toda esa obsesión está puesta en otro libro (risas). Pero sí, hay algo de obsesivo en estar mirando y buscando todo el tiempo esas imágenes. Que, en definitiva, es de lo que el gráfico y el ilustrador se nutre. Porque uno se puede nutrir del cine, la literatura, del trabajo de otros colegas, lo que sea. Pero para mí, es importante también lo que está ocurriendo en la calle. Y eso no lo aprendí a través del diseño ni del dibujo. Eso me lo enseñó haber leído, por ejemplo, Gargantúa y Pantagruel de Rabelais. Cuando leí el prólogo de ese libro, me iluminó. Rabelais se iba a los mercados a pasear, en algunos de ellos presentaba sus manuscritos, como en el de la Feria de Frankfurt, que en sus comienzos fue eso, una feria. También ahí Shakespeare iba a presentar sus manuscritos. Pero además de ir los escritores, porque ahí se encontraban con los editores, iban los que vendían los chanchos, los quesos, las gallinas. Era una feria. ¿Qué hacía Rabelais ahí? Con su oído y su mirada, su percepción de lo que pasaba en esa feria popular, apuntaba un montón de situaciones que luego rescataba para sus historias. Es decir, se basaba en hechos reales y populares para construir el imaginario que iba a compartir con el lector. Y de ahí de algún modo salió el libro que hice sobre el candombe (Candombe. Fiebre de carnaval, de Pequeño Editor). En mis paseos detrás de las comparsas, me dije: ¿por qué además de dibujarlas, no voy recolectando, haciendo crónica de lo que va pasando en este momento? Me iba apropiando de esas cosas que estaban en el piso y que luego fueron a parar al libro.
–¿Por qué Buenos Aires le llevó diez años de trabajo?
–Inmediatamente después de que le dije que sí al editor, me di cuenta de que me estaba metiendo en un problema. Los diez años tienen que ver con ese problema, porque estuve casi cuatro años clasificando y recogiendo basura de la calle para poder construir el archivo que me permitiera luego relacionar los textos con esas imágenes.
–¿Primero necesitó tener todo el material, clasificarlo y recién entonces empezó a armar las imágenes?
–Exacto. Mientras tanto, mi culpa iba creciendo. Tenía que escribirle al editor: “Vicente, mirá, perdóname, pasó un año, pasaron dos, voy por el tercer...” (risas). Pero no podía trabajar si no tenía todo clasificado. No podía simplemente tomar un texto y salir a buscar para ilustrarlo. Sentía y comprobé que necesitaba abundancia de material para poder empezar a construir las ilustraciones.
–¿Y cómo clasificaba lo que encontraba?
–Hice un archivo que primero ordené en sobres por temas: arquitectura y entornos, medios de transporte, animales, vegetales, personajes, logotipos, árboles, insectos... Muchos. Primero dediqué un sobre por tema, pero pronto cada tema empezó a ocupar varios sobres, y esos sobres varias cajas, ¡y esas cajas varios metros cuadrados de mi espacio de trabajo! Ahora todo eso forma parte de la muestra, ordenado y exhibido sobre cartones.
–¿Qué rescata de todo lo que muestra sobre Buenos Aires?
–Justamente, que no hay una mirada única, como tampoco hay una voz única en los textos, porque la ciudad no puede tener una impronta única que nos representa. Lo que más nos representa es que somos un conjunto de idiosincrasias, devenidas de diferentes inmigraciones, y de haber aplastado lo que había acá. Y eso es lo que queríamos hacer notar con el editor: que un Ezequiel Martínez Estrada estuviera, pero que también estuviera el sarcasmo de Tuñón, o César Fernández Moreno hablando de Buenos Aires después de haber estado en Uruguay. Hay una mirada de lo porteño desde diferentes atalayas. En definitiva, somos una mezcla importante. Somos muchas cosas al mismo tiempo.