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sábado, 10 de septiembre de 2016

El discurso del rey Harald de Noruega que conmueve y remueve el debate identitario







El discurso del rey Harald de Noruega que conmueve y remueve el debate identitario
Discurso del rey Harald de Noruega sobre la identidad de los noruegos (Youtube)

El rey Harald de Noruega ha pronunciado un discurso que está dando la vuelta al mundo. Dura apenas cuatro minutos, pero el mensaje es tan humano y está tan bien expresado que los 1.500 oyentes presenciales no han podido encerrarlo en los muros del Palacio Real donde fue pronunciado y ya ha saltado a otros muros virtuales donde habita una audiencia global.

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Nadie hacía presagiarlo pues, tras las palabras de bienvenida, la primera pregunta que ha lanzado el monarca ha sido de lo más compleja y abstracta posible: “¿Qué es Noruega?”. Con la identidad sociopolítica hemos topado. Sin embargo, lo que podría haberse convertido en un discurso soso y aburrido, ha conseguido emocionar a los ciudadanos de buen corazón.
Noruega es una realidad plural, tanto por su geografía como por su clima o su demografía, ha ido expresando el rey a través de ejemplos concretos. Pero lo que sobre todo es Noruega es “su gente”, tanto los que han nacido allí como los que han emigrado de “Afganistán, Pakistán, Polonia, Suecia, Somalia y Siria”. Y lo que no falla, el caso personal: “Mis abuelos emigraron de Dinamarca e Inglaterra hace 110 años”.
El corazón revela dónde está nuestro hogar
Por eso no ha sorprendido que el monarca haya expresado la que podría ser la idea nuclear de su discurso: “Llamamos hogar adonde está nuestro corazón, y no siempre se trata de un lugar con límites definidos”.
Por eso, ha proseguido su Majestad, no importa si uno es alto o bajo, si es rico o pobre, si es joven o viejo, le gusta el fútbol el balonmano o simplemente tirarse en el sofá. Tampoco importa la orientación sexual: “Noruega son chicas que aman a chicas, chicos que se gustan de chicos”. Ni siquiera importa la religión que uno haya escogido: “Noruega cree en Dios, Alá, todo y nada”, ha proseguido Harald.
Después de todo, ha recordado, el himno nacional no deja de ser “una declaración de amor hacia la población noruega”. Por eso, ha finalizado el monarca, su gran “esperanza” reside en que los noruegos sean “capaces de cuidar unos de otros” y “construir el futuro del país a partir de la confianza, el compañerismo y la generosidad”. ¿Qué es Noruega? “Una sola persona, a pesar de nuestras diferencias”.

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